Galdós, Pereda, Valera y "Clarín", estudiados en el coloquio de literatura hispánica en Santander
Con un estudio de la actitud antimodernista del crítico Leopoldo Alas, Clarín, situándolo dentro de la reacción general contra el modernismo que se produjo en Latinoamérica y en España a finales del siglo pasado, se inició en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo de Santander, el primer Coloquio Internacional de Literatura Hispánica, dirigido por el titular de la Biblioteca Menéndez y Pelayo, Manuel Revuelta. A lo largo de la jornada se expusieron veinticinco ponencias sobre distintos aspectos de las trayectorias literarias de Galdós, Pereda, Valera, Clarín, Ganivet y otros autores menores de la Restauración. La sesión plenaria dedicada a Clarín fue desarrollada por el catedrático de la Universidad de Oviedo, Martínez Cachero, quien, buscando una interpretación documentada de la postura que puso al autor de La regenta en línea con otros detractores del modernismo, con quienes, sin embargo, en otros aspectos, estuvo en desacuerdo total, avanzó la hipótesis de que el motivo pudiera ser la hostilidad hacia los escritores latinoamericanos y, también, hacia la desatada galomanía (o recurso e imitación de la literatura francesa) de muchos de ellos.
En la sección de «Estética y teoría literaria» intervinieron los profesores Clark Zlotchev, de la Universidad de Fredonia (Nueva York), Jacques Beyrie, de la Universidad de Toulouse-le Mirail, y Stanley Finkenthal, de la Universidad de Massachusetts. Después de exponer cómo una de las tendencias de la crítica literaria contemporánea es la crítica psicoanalítica, «que nos permite ahondar hasta niveles de comprensión antes imposibles, siguiendo los pasos de Jung o de Freud», el profesor Zlotchev subrayó que dentro de los pocos estudios jungianos aparecidos sobre la literatura hispánica no hay ninguno sobre Galdós, hecho sorprendente, ya que las novelas de Galdós contienen, a su juicio, debajo de la superficie del realismo, no pocos motivos de arquetipos mitológicos. Por ejemplo, el de la doncella aprisionada y vigilada por un monstruo que espera a un héroe que la rescate.
El profesor Beyrie, frente a la mayoría de los críticos para quienes Galdós sería un mero observador «o cronista de la realidad», demostró la gran influencia de sus motivos subjetivos en la creación de sus obras, y lo hizo sobre la más impersonal, la novela histórica, concretamente la segunda serie de Episodios. Por último, el profesor Finkenthal, en su comunicación «Galdós y el drama moderno a la luz de Georg Lukacs», después de exponer la teoría de este último sobre el teatro, mostró la anticipación de Galdós a esa teoría, ya que en sus obras de teatro intentó propagar las ideas modernas (es decir, de la clase media), tesis que coincide precisamente con la de Lukacs.
En la sección segunda, la profesora Alicia G. Andréu, del Middlebury College, Vermont, en su ponencia «Literatura: arte y consumo» se refirió a algunas escritoras que proliferaron en un género menor de novela y cuento en la época de la restauración. El profesor Jean-Francois Botrel, de la Universidad de Haute-Bretagne-Rennes, presentó la obra de Antonio de Valbuena (Miguel de Escalada) en su intento de producir una «novela católica» frente al paso avasallador de la novela realista imperante en la época, que intentó, favorecido por la lolesla Católica y de evidente importancia social, como novela de edificación. La ponencia de la profesora Lily Litvak, de la Universidad de Texas (Austin), sobre «El cuento anarquista», analizó el hecho poco estudiado del anarquismo, pues para los libertarlos la revolución cultural era tan importante como la social.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.