Los objetivos surafricanos
Sí los resultados inmediatos de la breve invasión surafricana del sur de Angola han sido causar un daño considerable a la estructura militar de la Organización Popular del Suroeste Africano (SWAPO) y hacer otro tanto con la de Angola, los objetivos reales buscados por el Gobierno de Pieter Botha parecen ser de mayor alcance.A corto plazo, se trataría de entorpecer la solución al problema de Namibia, introduciendo un clima de guerra en el que no sea viable una negociación inmediata sobre las bases propuestas por la ONU y aceptadas por la comunidad internacional. Hace un par de meses, la filtración de unos documentos confidenciales del Depar tamento de Estado revelaba que la Administración Reagan ha presionado a Suráfrica para que aceptelas resoluciones de la ONU. Pretoría buscaría ahora zafarse de las presiones norteamericanas a través de la consolidación de una atmósfera bélica en la zona.
A más largo plazo, la incursión en Angola constituiría una provocación a toda Africa. En junio pasado, la Organización para la Unidad Africana (OUA) acordó iniciar un estudio para la creación de un Ejército interafricano para la liberación del sur del continente. Nigeria y Argelia ya han decidido aportar veintiséis millones de libras (más de 4.500 millones de pesetas) para la formación de tal Ejército, a todas luces inviable. La mera mención de tal proyecto proporciona cierta credibilidad a la imagen de guerra fría en Africa que Suráfrica trata de vender a Occidente, para obtener su apoyo incondicional. Se trata de convencer a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de que su lucha contra la oposición interior y contra los Estados africanos no es sino un reflejo del conflicto entre bloques.
Entre los argumentos más fuertes que Suráfrica posee para dar visos de realidad a esa imagen está la presencia de tropas cubanas en Angola. Suráfrica necesita de la presencia cubana en Angola, y de su ataque buscaría que Luanda y La Habana descartaran cualquier posibilidad de retirada.
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