Piden el traslado de un colegio del barrio gótico de Barcelona

Dirigentes de la asociación de padres de alumnos del colegio nacional Nuestra Señora de la Merced, situado en pleno barrio gótico de Barcelona, buscan estos días en Madrid solución definitiva para los graves problemas que padece desde hace varios años una población escolar compuesta por 350 niños de extracción social muy modesta, dada su condición de hijos de trabajadores emigrados.La sede oficial del colegio se enuentra en el número 44 de la calle de Aviñó, un viejo y destartalado edificio, sin lugares de recreo, con un solo grifo de agua potable, unos retretes inservibles por averías la mayor parte de los días del curso y, en fin, con unas condiciones sanitarias tales que han determinado ya varios brotes de tuberculosis. A todo esto se une la vecindad menos pedagógica que imaginarse pueda: cafeterías y bares de alterne, meublés y cualificados puntos de venta y distribución de drogas.

Varias unidades escolares de este mismo colegio, que anteriormente estaban ubicadas en un local situado en el número 6 de la calle del Vidrio, en peores circunstancias aún que las del edificio de la calle de Aviñó, se trasladaron al principio del curso 1980-1981 a los locales de la Escuela de Idiomas, situada a más de cuatrocientos metros de la sede oficial del colegio. Los alumnos, que acuden a este centro sólo pueden permanecer en el mismo hasta las dos de la tarde, con la consiguiente pérdida de la mitad de la jornada escolar.

Edificio sin propietario

La solución a todos estos probemas podría estar en la recuperación de un edificio, abandonado desde hace diez años, que se encuentra situado en el número 10 de as Ramblas y que fue antiguamente escuela de formación profesional.La asociación de padres de alumnos del colegio inició hace dos años un largo peregrinaje de gestores para conseguir el traslado el colegio a este edificio; pero todos sus esfuerzos han resultado inútiles porque, después de tanto tiempo, todavía no han conseguido saber a quién pertenece. Los pares han reclamado la intervención en la secretaría particular del Rey, Ministerio de la Presidencia, Delegación Provincial de Educación y Ciencia, Ayuntamiento de Barcelona, Ministerio de Administración Territorial, Consejería de Enseñanza de la Generalidad y hasta el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, que en algunos momentos aparece como propietario el edificio de las Ramblas, 10.

Cansados de tan largo e inútil pegrinaje, los representantes de la asociación de padres se han desplazado hasta Madrid, «como en los viejos tiempos», explican, cuando había que acudir a la capital de España hasta para conseguir que te autorizaran la reparación de un grifo».

De momento han conseguido entrevistarse con Felipe González, quien ha encomendado al diputado Javier Solana que estudie la enrevesada documentación que los padres se han traído hasta Madrid, para ver el modo de encontrar entre todos la solución para un asunto que el secretario general del PSOE a calificado como «de fantasía científica».