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La situación internacional dificulta el trabajo de la Cruz Roja

«La continua degradación de la situación internacional está haciendo particularmente pesada y complicada la actividad humanitaria del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR)», constata en una declaración Alexander Hay, presidente de la organización humanitaria helvética, con motivo de la publicación del informe anual correspondiente al año 1980. Esta degradación se registra en mayor o menor grado en Africa, en Asia y en América Latina, según la misma fuente.En el balance de las actividades humanitarias, en el plano mundial, realizadas por el CICR el año pasado, se inscriben visitas, con autorización de los Gobiernos, a unos 42.000 prisioneros de guerra, detenidos civiles y detenidos políticos, en cuatrocientos lugares de detención de veintisiete diferentes países. El informe del CICR tiene carácter estrictamente confidencial y sólo lo conocen los Gobiernos afectados, a los que se cursan recomendaciones, cuando la situación de los prisioneros deja que desear desde el punto de vista humanitario: incomunicaciones prolongadas, malos tratos, falta de alimentación, carencia de asistencia médica, etcétera.

En el mismo informe se hace constar que la «agencia central de búsquedas» de CICR recibió el año pasado 92.000 cartas o comunicaciones sobre personas que intentan ubicar a familiares desaparecidos, generalmente producto de situaciones bélicas. El 33% de esta correspondencia tiene que ver en las secuelas de la ya lejana segunda guerra mundial. La agencia del CICR transmitió también, en el curso del año pasado, algo más de un millón de «mensajes familiares», de los cuales cerca de 800.000 corresponden a refugiados del sureste asiático.

En la sede del Comité Internacional de la Cruz Roja, con sede en Ginebra, trabajan 386 personas, entre administrativos, médicos, enfermeras, técnicos, expertos en materias humanitarias y otras especialidades. De ese total, 287 son funcionarios (técnicos y delegados en misiones especiales) que hicieron trabajos de campo durante el año pasado.

El CICR anota como uno de sus últimos éxitos ligados a sus tareas humanitarias el intercambio de prisioneros heridos entre Irak e Irán bajo la autorización de los Gobiernos de esos países.

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