_
_
_
_

Pesqueros gallegos capturan en los pantanos extremeños 5.000 kilos diarios de peces

El gran embalse de Cíjara pertenece a la cuenca del Guadiana y riega, junto con el de García Sola, Orellana y Zújar, las casi 150.000 hectáreas del Plan Badajoz. Este sistema de pantanos proporciona a las vegas alta y baja un caudal de 950 millones de metros cúbicos al año para regadío. Los tres primeros, situados en línea, tienen un sistema de cascada mediante el cual el Cíjara y el García Sola vierten sus aguas al Orellana y este último se encarga de repartirlas. Una parte vuelve de nuevo al río, a través de la presa de Montijo; la otra riega la vega alta. El pantano de Zújar es independiente de los otros tres. Se alimenta de las aguas del río de sus mismo nombre, afluente del Guadiana, y riega la vega baja.Durante la temporada de primavera y verano, el agua de estos embalses baja aproximadamente unos veinte metros cada año; caudal que, en condiciones normales, se recupera con las lluvias del otoño y el invierno. Este año, sin embargo, a causa de la sequía, las tierras de la provincia de Badajoz necesitan más agua y los pantanos de la zona deberán abrir sus compuertas.

Hacia el 15 de julio, el Cíjara, cuya capacidad total es de 1.670 hectómetros cúbicos, quedará reducido a 111 hectómetros cúbicos o, lo que es igual, aun 6% o 7% de su capacidad. El García Sola pasará, hacia el 25 de agosto, de 555 hectómetros cúbicos a 66, y por último el Zújar bajará, a finales de septiembre, de 725 hectómetros cúbicos a 55. El Orellana no sufrirá apenas variaciones, ya que es el que recibe las aguas de los otros dos. En resumen, se calcula que la capacidad de los tres embalses quedará reducida a un máximo del 8% en volumen y de un 15% en superficie de agua.

Con esta medida, tomada para paliar en lo posible los efectos de la sequía, surge el problema que ha dado origen a la operación que se lleva a cabo en estos momentos, y que se realiza por primera vez en Europa. Al disminuir el nivel de las aguas se reduce también el espacio vital para la fauna acuática; escasea el oxígeno y, como consecuencia, se produce la muerte de ingentes cantidades de peces. Ante esto, varias sociedades de Amigos del Guadiana escribieron cartas al director del Icona y al gobernador civil haciendo resaltar los perjuicios turísticos y ecológicos que representaría la muerte de muchos peces.

Sin embargo, el problema fundamental en este caso no es el ecológico, por muy importante que sea la desaparición masiva de peces, sino la salubridad de la zona en la que se encuentran los embalses. Si se dejara morir a los peces por asfixia, sus cuerpos, al descomponerse, provocarían la contaminación del agua, con el consiguiente riesgo de desaparición de vida animal en los pantanos, el grave peligro para los cultivos regados por estas aguas, además de riesgos de infecciones para los habitantes de los pueblos cercanos. No se trata de unos cuantos peces, sino de muchos miles de toneladas de pescado.

Ante la gravedad del problema, el Icona, junto con la Confederación Hidrográfica del Guadiana, aprobó unos fondos extraordinarios, que se calcula pueden alcanzar los quince o veinte millones de pesetas, para extraer la fauna piscícola de los pantanos. En principio, se hizo público un edicto por el cual se autorizaba a todos los pescadores que lo desearan a faenar con redes en los tres embalses citados. Normalmente, existe prohibición de pescar con aparejos de este tipo desde marzo a septiembre.

Sin embargo, aunque pueblos como Villanueva de la Serena y Don Benito cuentan con unas 34 barcas y 325 redes, y Herrera del Duque, con quince barcas y 140 redes, ni un solo pescador ha aparecido por la zona. En vista de lo cual ha sido necesario contratar pescadores profesionales.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Redes de mar para aguas dulces

Cuatro barcas de Ribadeo (Lugo) y una de Figueras (Asturias) llegaron hasta Helechosa, pueblo cercano al embalse de Cíjara, con diez pescadores profesionales de bajura. «En principio, se nos hacía muy rara la idea de faenar en un pantano», señalan algunos de los pescadores. «Tanto es así, que muchos compañeros no quisieron venir. Sin embargo, ahora nos hemos dado cuenta de que pescar aquí es mucho más fácil. No hay días malos, ni mar arbolada, ni olas y además siempre hay peces. En la mar, pescamos a rumbo, no sabemos con exactitud si vamos a encontrar un banco o no ».Durante los primeros días, el trabajo era poco gratificante para unos hombres acostumbrados a vivir de lo que extraen de la mar. Después de buscar alternativas, la única solución era regalar una parte del pescado a los habitantes del pueblo. El resto se enterraba con cal viva en las orillas del pantano. «Nos dolía ver cómo se desperdiciaba el pescado», nos comentaban, «pero no había otra solución». Ahora es distinto. Dos fábricas de harina de pescado de Bermeo y Lequeitio desplazan hasta Helechosa camiones frigoríficos y se llevan la pesca que se extrae del embalse para convertirlo en harina de pescado.

El sistema de pesca es casi igual al que se emplea en la mar. A última hora de la tarde, o bien por la mañana, una vez que se ha despescado, se arrojan de nuevo las volantas y los trasmallos (redes). Al día siguiente, de madrugada, se procede a la recogida. Se intentó también pescar durante el día, pero al parecer los peces ven la red y la evitan. El nivel de capturas es alto en comparación con lo que se extrae normalmente en la mar; sin embargo, para tratarse de un embalse, todavía se pesca poco. Las capturas oscilan entre los 3.000 y los 5.000 kilos diarios. De todas formas, no es posible por el momento calcular la población existente en estas aguas, ya que no existen en ningún país del mundo estudios de este tipo sobre fauna de agua dulce.

El problema originado por la sequía no queda reducido, sin embargo, a los pantanos citados. Hace apenas dos días, dos de las cinco barcas gallegas tuvieron que ser trasladadas al pantano de Gasset, en Ciudad Real. La situación aquí es todavía más grave, ya que el agua de este embalse se emplea para el abastecimiento de la población y una gran mortandad en la fauna ocasionaría graves riesgos sanitarios.

La opinión generalizada, tanto de los mismos pescadores como de los expertos encargados de esta operación, es que en un futuro no muy lejano los pantanos existentes en nuestro país pueden convertirse en una interesante fuente de alimento. Si se tiene en cuenta la situación actual de la pesca española, los embalses podrían llegar a ser complementos muy importantes para este sector.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_