La colaboración española puede volver a ser necesaria
La decisión del rey Hassan II de Marruecos de aceptar un referéndum de autodeterminación para el Sahara occidental devuelve en cierta medida el conflicto del Sahara seis años atrás y puede llevar a la ONU y a la OUA a requerir, para determinados aspectos técnicos de la realización de la consulta, la participación de España, la antigua potencia administradora.Según algunas delegaciones, es indudable que de ahora en adelante, y al margen de los principios generales que puedan adoptar Marruecos, Argelia, Mauritania y los cinco países del comité ad hoc sobre la manera de enfocar la consulta, en la práctica van a surgir numerosas controversias de carácter técnico, para resolver las cuales será necesario recurrir a España.
Parece evidente que la pregunta clave del referéndum será si los saharauis desean vivir unidos a Marruecos o independientes. Antes de que se llegue a ello habrá que dilucidar y para ello determinar previamente quiénes, de los saharauis que viven en el territorio bajo Marruecos o con el Polisario, ya sea en campos de refugiados o en las localidades que el Frente dice controlar, se cualifican para emitir su voto.
Uno de los aspectos técnicos que probablemente suscitará mayores controversias será la posibilidad de las diferentes partes de hacer campaña política a favor de una u otra solución, el retorno que ello presupone de refugiados y polisarios a cualquier parte del territorio que deseen y el inevitable afán del Frente Polisario de trasladar a los territorios hoy bajo control marroquí.
La determinación de la condición de saharaui será sin duda objeto de múltiples polémicas. El único elemento disponible a priori es el censo de población efectuado por España antes de abandonar el territorio y la identificación proporcionada por las autoridades españolas de entonces a los saharauis para certificar su nacionalidad.
Parece seguro que Marruecos deseará circunscribirse a esos datos y que querrá obtener para ello el concurso de Madrid. El Polisario ha mencionado en ocasiones cifras de población del Sahara que oscilan entre los 500.000 y los 750.000 habitantes.
Otra cuestión controvertida será probablemente la retirada de las tropas y administración marroquíes, como han solicitado algunos países. Este extremo, en efecto, no está contemplado en las recomendaciones del comité de sabios de Freetown, que sólo hablan de alto el fuego y retirada de las tropas a sus acantonamientos en el momento de aceptado el referéndum.
No obstante, al ser preguntado ayer por EL PAÍS sobre este particular, el portavoz de la OUA, Peter Onu, dijo que esta cuestión, de todas maneras, tendría que ser acordada por los tres jefes de Estado que se han declarado partes o interesados, como Argelia, Marruecos y Mauritania, y el comité ad hoc de la OUA.
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