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Andrés Segovia y Carlos del Valle-Inclán, nombrados marqueses de Salobreña y Bradomín, respectivamente

La iniciativa real abre un nuevo estilo de relaciones con los intelectuales

El guitarrista Andrés Segovia y Carlos Luis del Valle-Inclán, hijo del escritor del 98 Ramón María del Valle-Incián, han sido distinguidos por el rey Juan Carlos con los títulos nobiliarios de marqués de Salobreña y Bradomín, respectivamente, en atención a los méritos musicales del primero y a los literarios del creador del género denominado esperpento. El caso del segundo nombramiento reviste especiales características, puesto que ha sido elevado a categoría histórica un personaje de ficción literaria creado por uno de los principales escritores españoles del siglo XX. Esta iniciativa abre un nuevo estilo de relaciones de la Corona con los intelectuales.

En el real decreto aparecido en el Boletín Oficial del Estado de ayer se justifica el nombramiento de Andrés Segovia como marqués de Salobreña, «como un deseo de premiar a la vida artística excepcionalmente fecunda del músico español, que ha sabido añadir a los valores populares de la guitarra un virtuosismo y un contenido intelectual con el que ha seducido a los más refinados auditorios del mundo entero, colocando muy alto el nombre de España y prodigando con generosidad su labor docente».«La singular figura de don Ramón del Valle-Inclán», explica el real decreto por el que se otorga el título de marqués de Bradomín al hijo del escritor, «se destaca en una época muy señalada en las letras españolas, y uno de sus personajes. el marqués de Bradomín, surge de su obra adornado de señorío y noble lealtad a su idearlo, consiguiendo el talento del autor proporcionar verismo a un ser imaginario. El título lo otorgo para demostrar mi aprecio a la memoria del gran escritor y para dar realidad a la creación literaria de un personaje de ficción».

Esta es la primera vez que en España se conceden títulos de la Corona a artistas y creadores literarios, parecido a lo que sucede en Inglaterra con los títulos de lord. Hasta ahora en España este tipo de títulos tan sólo se había otorgado a políticos o militares. Según algunas fuentes, Ramón María del Valle-Inclán había solicitado en vida este título, pero los políticos de la anterior monarquía se lo habían negado.

Andrés Segovia, a pesar de sus 87 años, continúa dando conciertos y formando a concertistas y pedagogos de la música de guitarra. Ayer mismo regresó de Granada, donde además de ofrecer un concierto ha sido investido doctor honoris causa de la universidad de esta localidad. Llegó justo una hora antes de asistir a la recepción que ofreció el Rey en el Palacio Real con motivo de su onomástica. «Voy a tener la suerte», dijo Andrés Segovia a EL PAIS, «de poder agradecer personalmente a Juan Carlos este gesto que ha tenido conmigo. Siento una gran emoción y quiero hacerme digno de este signo de liberalidad del Rey que me ha conmovido y confundido».

Andrés Segovia, nacido en Linares (Jaén) en 1894, autodidacta y universalizador de la guitarra clásica española, añade que va a seguir con su trabajo, que lo ha dedicado fundamentalmente a cuatro tareas: la primera, la de redimir la guitarra del folklore; en segundo lugar, la de buscar un repertorio fuera de las composiciones exclusivas para guitarra; en tercer lugar, la de pasear la Guitarra por el mundo entero para convencer a estudiosos, aficionados y público en general de que la guitarra es un instrumento que está al nivel de cualquier otro de los de primera línea, y, en cuarto lugar, la de influir en los conservatorios y centros de enseñanza para que consideren en los mismos que la guitarra es un objeto de estudio tan serio como el de otros ámbitos musicales, «porque tan noble es enseñar como dar conciertos».

Premio a la literatura española

Parecido sentimiento de agradecimiento ha manifestado el destinatario del título de marqués de Bradomín, Carlos Luis del Valle-Inclán, hijo mayor de Valle-Inclán. «Es como si me hubiera tocado la lotería; pero me abruma porque no sé si seré capaz de llevarlo».

Lo más importante del título para el hijo de Ramón María del Valle-Inclán es precisamente el reconocimiento a la creación literaria. "Por primera vez", ha dicho a EL PAIS, «se objetiva como digna de un merecimiento real la actividad literaria de la lengua española, esa lengua española cargada de personajes -El Quijote, La Celestina, Don Juan...- por los que somos algo en el mundo».

Carlos Luis del Valle-Inclán reconoce la imaginación y sagacidad de Juan Carlos, «que ha dado un sentido profundo y trascendente a la concesión de títulos nobiliarios, ya que a partir de ahora se podrán adquirir ya no sólo por hechos de armas o por grandes obras políticas y sociales, sino también por razones de creación literaria o artística».

Reacio al protagonismo, Carlos Luis del Valle-Inclán, médico residente en Pontevedra, afirma que el premio le aturde, le anonada y le llena de responsabilidad «porque voy a tener muchas más miradas», y descarga el mérito en la literatura española y en lo que representa Ranión María del Valle-Inclán en la misma.

«Naturalmente, se premia con este título la creación de don Ramón, que escribió teatro, novela y que incluso inventó ese género denominado esperpento». Para el hijo de Valle-Inclán, otra de las creaciones específicas de su padre fue la síntesis que hizo de las lenguas hispanas. «Es probablemente el primer escritor español que consideró que lo que se habla en el continente americano puede elevarse a categoría ejemplo, en la obra Tirano Banderas».

Sobre la figura del marqués de Bradomín, Carlos Luis del Valle-Inclán ha dicho que se trata precisamente de una creación literaria que ha supuesto la cima del ingenio del autor, que ha sabido conjugar todas las formas del hacer del castellano. "El marqués de Bradomín no es una figura autobiográfica y tiene mucho de donJuanismo".

Ramón María del Valle-Inclán está todavía vigente en la literatura universal a juzgar ya no sólo por las representaciones de algunas de sus obras que se han realizado en los últimos años en España y en el extranjero, sino también por la cantidad de tesis y estudios que sobre su obra se efectuan en la actualidad en distintas universidades. Esta vigencia se va a perpetuar por ahora, a juzgar por los preparativos en curso para la celebración, en 1986, del cincuenta aniversario de su muerte. Para entonces se espera contar ya con el museo y la fundación Valle-Inclán y se prepara también una magna edición de sus obras completas.

Varios escritores y literatos han alabado la concesión de este título por motivos literarios que puede significar un giro intelectual en España. Entre estas personas se encuentran los escritores Gonzalo Torrente Ballester y Domingo García Sabell, y el catedrático de literatura Benito Varela Jacome.

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