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La música y la imagen conforman la demanda cultural de los Jóvenes

Clausura de las jornadas sobre Juventud y Modelos Culturales

La demanda juvenil en el campo cultural es fundamentalmente de orden sensorial: musical rítmico y de imagen, frente al modelo cultural de la Administración, basado en valores conceptuales y librescos, es una de las conclusiones finales de las jornadas de estudio Juventud y Modelos Culturales, clausuradas ayer en Madrid y organizadas por la Dirección General de Juventud y Promoción Sociocultural, del Ministerio de Cultura, y la cátedra de Cambio Social de la facultad de Ciencias Políticas de la Complutense.

Las jornadas, desarrolladas desde el pasado lunes, tenían como objetivo principal determinar las pautas socioculturales y económicas por las que, se rige la juventud española actual. Las nuevas concepciones y pautas culturales, la incidencia de las industrias del ocio y el tratamiento de los medios de comunicación fueron los temas generales de estudios, a través de ponencias presentadas, entre otros, por Carlos Moya, Amando de Miguel, Carlos Romero, Alberto Moncada, Manuel Martín Serrano, Luis Garrido y Luis Racionero, quienes explicaron investigaciones en tomo al paro juvenil, los universitarios de Barcelona y Madrid, la nueva juventud y la juventud en las grandes ciudades.En mesas redondas se analizaron temas relacionados con las innovaciones culturales, industrias del ocio y medios de comunicación, con participación de sociólogos, educadores, críticos, periodistas y, con menor presencia, jóvenes y representantes de organizaciones juveniles, hecho destacado en la clausura por Carmela García Moreno, directora general de la Juventud.

Los participantes en la mesa redonda sobre innovaciones culturales llegaron a la conclusión de que existe una específica subcultura juvenil, con unas características determinadas que se concretan en una mayor espontaneidad, una reacción ante los excesos de la racionalidad y el científicismo inmanentes al sistema, una valoración positiva de lo corporal y los aspectos más vitalistas de la personalidad, una remisión de las actitudes agresivas y competitivas, un desplazamiento de la cultura escrita en favor de la audiovisual, un rechazo de las actuales condiciones de trabajo y una valoración positiva de lo lúdico y de la cultura del ocio.

Otros aspectos analizados fueron la entrada masiva de la mujer joven en el espacio público, «portadora de una creciente preparación, presionando fuertemente en el mercado de trabajo y produciendo una transformación en las relaciones entre los sexos», así como la percepción entre los jóvenes de situaciones de desencanto, pasotismo y falta de identificación con las instituciones a causa de la crisis económica y cambios políticos de los últimos años.

Los jóvenes, ausentes

Los miembros de la mesa redonda sobre, industrias del ocio resaltaron la necesidad de una mayor representación juvenil en las jornadas, las primeras que organiza el Ministerio de Cultura en tomo a este tema, atendiendo a las necesidades de la juventud trabajadora, la juventud rural y la del medio suburbano. Constatan la existencia de un problema de incomunicación, la pulsión juvenil es incomprendida y coexisten dos tipos juveniles, el adaptativo y el novedoso. Además de considerar inadecuado el sistema educativo, la cultura dominante asimila y reelabora los fenómenos periféricos, con un debilitamiento de las culturas nacionales. Consideran necesario crear una red de servicios para la juventud, «el auditorio de música y el estudio de video, antes que la biblioteca».En cuanto a los medios de comunicación, consideran que la información sobre el joven es maniquea, negativa, ejemplar y anecdótica; la información hacia el joven es moralizante, paternalista y dirigida. La juventud se siente identificada con los medios del joven para el joven.

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