La tragedia de los pobres
Las aventuras de una adolescente, incomprendida por sus padres y rodeada de un mundo hostil no es algo nuevo en el cine ni en otros medios de expresión. Son historias que pueden dar pie a consideraciones morales sobre la paternidad, el mundo que vivimos o sobre las angustias inherentes a la adolescencia.Dennis Hopper (director de Easy Rider y The last movie, sus dos únicas obras anteriores; como actor, sin embargo, su filmografía es bastante amplia, destacando, entre otras, El amigo americano) se ha planteado esta situación de forma que conecte con todos esos posibles puntos de vista.
C. B., su personaje central, en una fascinante interpretación de Linda Manz, recorre con estupor y miedo el mundo de sus padres, con falsa seguridad el ambiente de los punks, con total impotencia el de los colegios y comisarías de policía. Su breve periplo se detiene, en ocasiones, cuando en la intimidad sueña con el legendario Elvis Presley, que, como todos, también la ha abandonado; es en esos momentos cuando el personaje adquiere elementos sentimentales, con capacidad de conmover al espectador.
Out of the blue (Caído del cielo)
Director: Dennis Hopper. Guión: Leonard Yakiry Brenda Nielson. Música: Tom Lavin, con una canción de Neil Young. Intérpretes: Linda Manz, Dennis Hopper, Sharon Farrell. Norteamericana. Drama.Local de estreno: Alphaville.
El resto de la película, sin embargo, no. Da la impresión de que Dennis Hopper no ha encontrado el momento de unificar en un tono único los distintos elementos de su acción, las diversas motivaciones de la anécdota general, dispersándose en la búsqueda de una posibilidad narrativa que aclare y justifique plenamente la tragedia que tiene entre manos. Se trata, sin duda, de una película feroz, de un documento agresivo que elimina esperanzas; pero hay que prescindir de la película para entender plenamente esa ferocidad. El personaje que interpreta el propio Hopper -el de padre de la chica- pertenece al mundo de cartón-piedra; se le da, sin embargo, más importancia de la que merece, más tiempo del que los guionistas han sabido utilizar.
Caído del cielo tiene, no obstante, el mismo poder de captación de las otras películas dirigidas por Dennis Hopper. Su sabiduría cinematográfica tiene ocasiones de verse plasmada con aciertos inquietantes -el accidente, la chica perdida en el camión, sus paseos callejeros, el mundo de sus amigas-, los suficientes como para permitir que muchos espectadores se apasionen con la historia, se depriman con su resultado o discutan sobre los aspectos que la película oculta y que conectan, claramente, con una forma de vida exclusiva de nuestro tiempo. Aspectos que en la pantalla aparecen con claridad, aunque no tengan detrás una reflexión suficiente.
Babelia
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