Los nuevos programas de EGB propician una evaluación más flexible del alumno

El Ministerio de Educación y Ciencia quiere promover un proceso de reflexión entre los maestros sobre el concepto de evaluación continua, según afirmó la subdirectora general de Ordenación Educativa, María Teresa López del Castillo, en, el curso de un coloquio celebrado, el pasado lunes, en la Fonoteca de la Biblioteca Nacional, con motivo de la presentación del libro El ciclo inicial en la educación básica, publicado por Editorial Santillana en su colección Aula XXI.La subdirectora general trató de disipar el temor de que la división de la EGB en ciclos vaya a comportar la aparición de una reválida al final de cada uno de ellos, con lo que se multiplicaría aún más el apretado calendario de exámenes que padecen, innecesariamente, los escolares. Muy por el contrario, la nueva estructura se espera que contribuya a flexibilizar el proceso de evaluación de rendimientos, dado que los objetivos se programan para períodos más largos.

De otra parte, la subdirectora general, responsable en gran medida de la coordinación de los equipos que han elaborado los nuevos programas de la EGB, insistió en la idea de que la escuela debe informar a los padres sobre el proceso de aprendizaje de sus hijos, poniendo el énfasis más en la descripción del proceso que en su cuantificación. Casi todas las intervenciones de los asistentes al coloquio se centraron en los problemas de la actualización del profesorado, para lo que el Ministerio va a intensificar la acción de los institutos de ciencias de la educación y de las inspecciones técnicas. A este respecto, Pablo Guzmán, inspector técnico de EGB, rechazó la obsesiva exigencia de soluciones a la Administración. Dijo que sería conveniente que todos los implicados en el proceso educativo apelasen más a su propia imaginación que a las disposiciones de la Administración, convencidos de que «el BOE no mueve la educación».

Yolanda Monreal y Carlos Herans, miembros de Acción Educativa, se mostraron particularmente escépticos respecto de la valoración que tanto la sociedad como el propio sistema educativo van a seguir haciendo de aspectos fundamentales en la formación integral del niño, como la educación de su psicomotricidad, la educación física, la formación artística o la dramatización, que inexplicablemente siguen ocupando un lugar secundario.

El libro sobre el ciclo inicial, que acaba de editar Santillana, recoge la reflexión de dieciséis autores diferentes, tanto sobre los nuevos contenidos de dicho período escolar como sobre los propios supuestos psicosociales del niño de seis-siete años, que habrá de ser objeto y sujeto fundamental de esta nueva aventura de nuestro sistema educativo.