_
_
_
_
Entrevista:

La época de la distensión entre EE UU y la URSS ha terminado ya, según el profesor

Pregunta. ¿Cree usted que la paz mundial corre hoy día más peligro que hace unos años?Respuesta. Es muy difíicil evacuar el grado de seguridad del mundo. Lo que es indudable es que asistimos a una polarización creciente y a la desaparición de la etapa de distensión entre las dos superpotencias. En Norteamérica hay un claro desencanto hacia la distensión por parte de los sectores tradicionalmente liberales, mientras que los sectores más a la derecha siguen pensando que la detente favorece exclusivamente a los soviéticos.

P. ¿Cuáles son, en su opinión, las mayores diferencias entre la política exterior de Ronald Reagan y la de su antecesor en la Casa Blanca?

R. Si nos fijamos en el último año de la presidencia de Carter, 1980, las diferencias no son tantas, porque a raíz de la invasión de Afganistán se dio una conflictividad muy alta con la URSS. Pero en líneas generales yo señalaría, primero, que el conflicto entre Estados Unidos y la Unión Soviética vuelve a ser el problema central. Segundo, que la competitividad entre las dos superpotencias sustituye a la distensión, lo que supone un énfasis creciente por ambas, partes en el poderío militar. Tercero, que aparece una tendencia a ver los conflictos locaIes del Tercer Mundo como conflictos globales, y, por último, el abandono de la política de derechos humanos. Carter podía, presionar a sus aliados para que respetaran los derechos humanos; ahora, la Unión Soviética es la preocupación principal.

No hay una política clara

P. ¿Cómo está reaccionando la nueva Administración norteamericana en el tema de Afganistán?

R. Con Carter, la invasión de -Afganistán era el obstáculo principal para volver a entablar un diálogo constructivo con los soviéticos. Ahora hay una tendencia -digo tendencia, porque aún no hay una política clara- a considerar a Afganistán no ya como un obstáculo diplomático, sino como una zona donde se pueden crear serios problemas a la URSS, ayudando a la guerrilla musulmana, por ejemplo. Todo esto requiere, además, un compromiso mayor de Norteamérica con Pakistán. Pero repito que todavía es pronto para hacer un análisis y quizá la política exterior de Reagan sea más adelante mucho más moderada.

P. ¿Qué podría ocurrir si los soviéticos intervienen en Polonia?

R. Sería algo gravísimo, que afectaría de todas maneras mucho más a Europa occidental que a Estados Unidos. Después de lo de Afganistán, la invasión de Polonia provocaría una reacción de Washington, no directamente contra la URSS, sino quizá contra Cuba, mediante un bloqueo o algo similar.

P. Donde sí parece existir ya una política concreta de la Administración Reagan es en El Salvador.

R. Tampoco está definida totalmente. Al principio pensaron que El Salvador era un campo de batalla fácil para obtener una victoria rápida. Luego comenzaron las críticas en Europa y en la Prensa norteamericana yhan cambiado ligeramente esa política, por lo que no está claro tod,avía cuál va a ser la actitud del Gobierno de Reagan hacia América Central.

P. ¿Qué piensa de aquella polémica declaración del general Haig sobre el fallido golpe de Estado en España, como «asunto interno»?

R. Mi impresión es que Haig no quiso indicar nada con esas palabras. Dijo aquello para salir del paso, sin darse cuenta de la trascendencia que podía tener aquí. No es un diplomático experto.

P. ¿Le preocupa el punto muerto en que se encuentran las negociaciones en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa?

R. No. Lo que sí me preocupa es el retraso en la firma de un acuerdo de limitación de armas estratégicas entre las dos superpotencias. Hasta ahora están respetando los límites fija dos en el acuerdo anterior, pero si no se firma un nuevo tratado, ya veremos hasta cuándo se respetan.

En su conferencia del pasado viernes, el profesor Hoffmann dijo que no cree que vayamos hacia una guerra mundial, pese al recrudecimiento de las tensiones y a los signos preocupantes que aparecen por doquier. La renovación del enfrentamiento entre las dos superpotencias, la irrupción en la escena mundial de nuevos actores, especialmente en el Tercer Mundo, enzarzados en conflictos económicos, étnicos y religiosos, y, por último, la desaparición de muchos de los factores que mantuvieron al mundo modelado en los últimos 35 años, son las principales causas de esa inestabilidad mundial, indicó Hoffmann.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_