Diego Moya: "El negro es la afirmación de todos los colores"

El pintor Diego Moya (Jaén, 1943) ha inaugurado una muestra de collages en la madrileña galería Egam. Al mismo tiempo, el artista presenta, en el Foro Cultural de Pozuelo, una retrospectiva de cajas luminosas. Sus últimas obras suponen una verdadera ruptura con la etapa anterior, pues renuncian a lo cinético y se establecen, sobre papel, COMO Un diálogo entre el blanco y el negro.Más conocido como muralista y escultor, Diego Moya expone ahora pintura. Esta es su sexta muestra individual. El artista se dice dispuesto a la descripción y al balance.

Pregunta. ¿A qué se debe este cambio, al menos aparente, en su trabajo?

Respuesta. Hace dos años que tuve una crisis profunda. Puse en tela de juicio todo cuanto había creado hasta entonces. Y me puse a garabatear sin ton ni son, a dejar a la mano suelta, con libertad de gesto, aspirando tan sólo a lo directo, a la expansión espontánea. Para ello, lo plano me venía mejor que lo espacial. Y fue operándose el cambio.

P. ¿Sin ningún método específico en la base?

R. El método fue brotando de la propia práctica. Yo enguarraba papeles, donde quedaban manchas durmientes. Luego rompía esos papeles con los que me había divertido. Más tarde, a partir de ese material manchado y roto, ya comenzaba a ordenar. Una vez intuido el ritmo más idóneo, empezaba a, construir el cuadro.

P. ¿Por qué la ausencia de colores?

R. A mí me fascina el negro. No creo que sea la negación, sino la afirmación de todos los colores. Tiene una fuerza sin igual. Para colmo, evidencia mejor que ningún otro el gesto y todas las manipulaciones que los otros colores diluyen. No creo que se pueda alcanzar mayor vibración rítmica que con el blanco y el negro. Además, existen muchos negros. En realidad, hay tantos negros como colores.

P. ¿Se siente usted próximo a alguna tendencia pictórica actual?

R. Me interesan los planteamientos actuales sobre la revisión de las vanguardlias. Mi mundo es bastante paralelo al de todos los artistas que prestan atención a lo corporal y a lo lúdico. A la par, yo no renuncio a las constantes culturales que hemos heredado; me interesa más reconocer la herencia.

P. ¿No piensa que sus obras pueden ser deudoras de experiencias estéticas, como la del grupo El Paso?

R. Mi mundo no tiene nada que ver con aquello. Mis planteamientos son totalmente ajenos a aquella experiencia. A menudo se piensa que el negro es sinónimo de drama. ¡Qué manía! A mí me parece un color muy constructivo.