La LAU sigue necesitando el más amplio acuerdo político, según Cobo del Rosal
«Una ley que habrá de regular la vida universitaria de los próximos años debe contar con el más amplio respaldo politico posible», ha declarado a EL PAÍS Manuel Cobo del Rosal, que ayer tomó posesión de su cargo como secretario de Estado para Universidades e Investigación, junto con el nuevo director de Personal del Ministerio de Educación y Ciencia, Victoriano Colodrón.
«Se trata de una idea muy repetida en los últimos meses», añadió el nuevo secretario de Estado, «a la que no hay por qué renunciar. Prueba de que este criterio no se ha modificado es el hecho de que el titular del departamento, Juan Antonio Ortega, mantiene en estos momentos permanente contacto con representantes de los partídos políticos parlamentarios en torno al proyecto de ley de Autonomía Universitaria, pendiente de su tramitación por el Pleno del Congreso ».Cobo del Rosal desmiente rotundamente informaciones más o menos confusas en relación con una posible retirada de la LAU por parte del Gobierno. «El proyecto de ley, pues, seguirá su trámite parlamentario normal y el resultado final del mismo será lo que acuerde el Pleno del Congreso».
Admite que el dictamen de la comisión fue elaborado de forma bastante precipitada y que, en este sentido, todo el mundo reconoce la necesidad,de perfilar técnicamente algunos aspectos de dicho dictamen, si bien éste es el punto de partida imprescindible para su consideración por el Pleno.
Piensa el secretario de Estado que sería negar la evidencia no apreciar la dimensión política de la LAU, pero cree sinceramente que «no tiene, ni mucho menos, la carga ideológica de la llamada ley de Divorcio y que, con buena voluntad por parte de todos, se puede conseguir una ley aceptable».
El centenar largo de enmiendas que se mantienen para el Pleno se refieren fundamentalmente al profesorado, al tema de los cuerpos nacionales y a la composición de los claustros. También hay bastantes enmiendas relativas a la confección de los presupuestos por cada una de las universidades y a su vinculación con los Presupuestos Generales del Estado.
Con independencia de las lógicas aportaciones de los dístintos grupos parlamentarios, a quienes corresponde en definitiva la tarea legisladora, el Ministerio sigue abierto a las opiniones del mundo universitario. A este respecto, y mientras permanezca abierto el trámite pirlamentarlo, el ministro va a seguir estimulando la opinión de los lectores de las universidades, con los que también ha iniciado los oportunos contactos.
Por otra parte, el profesor Cobo del Rosal cree que la atención del Gobierno hacia los problemas de la universidad y de la in vestigación no debe perder in tensidad con la nueva estructura ción del departamento. Recuerda, a este respecto, que algunos de los pasos más importantes adoptados por el Gobierno en materia de política universitaria, como es el caso de los decretos de ampliación de plan,tillas, se efectuaron cuando aquélla dependía de una Secretaría de Estado.
En relación con el decreto sobre nombramiente, de catedráticos extraordinarios, el profesor Cobo del Rosal ha recordado que sus efectos permanecen mientras no se desarrolle la LAU y que, por medio de alguna de sus disposiciones transitorias, quede derogado. «En consecuencia», añade, «las universidades siguen disponiendo de las facultades que dicho decreto les otorgaba. Las propuestas de nuevos nombramientos o la reconsideración de aquellos casos que tuvieron una resolución negativa, y que, de hecho, han sido ya presentados por algunas universidades, las trasladaremos al Consejo de Rectores, tal y como dicho decreto establecía»
Como se recordará, el Consejo de Rectores informó en su día favorablemente el nombramiento directo de los hoy catedráticos José Peris, Juan Marichal, Manuel Ortega Mata, Camilo José Cela y Julián Marías, y vetó las propuestas formuladas a favor de Castilla del Pino, Manuel Castells, Manuel Sacristán, Miguel Sánchez Mazas y José Vidal Beneyto.
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