Valverde: "La obra de Machado, en constante evolución dialéctica"
La evolución del pensamiento de Antonio Machado en verso y prosa, dentro de una coherencia mental indudable, fue el tema desarrollado ayer por José María Valverde, catedrático de Estética de la Universidad de Barcelona, en la cuarta conferencia del ciclo organizado por la Caja de Ahorros de San Fernando y patrocinado por la Diputación Provincial para conmemorar el cincuentenario de la declaración de los hermanos Machado como hijos predilectos de la ciudad de Sevilla.Según el profesor Valverde, la evolución de Machado le conduce a constatar la caducidad del romanticismo individualista, y extremo que constituye su premisa y punto de partida, y sustituirlo por un deseo de objetivismo que, al mismo tiempo, le hace dudar sobre el pensamiento mismo, siempre desesperanzador («confiamos / en que no será verdad / nada de lo que pensamos»), y le lleva al interés por la sociedad y la historia.
«Este interés», explicó a EL PAÍS el conferenciante, «le produce una visión casi profética de la poesía, en espera de una nueva época en que la poesía no sea solamente la expresión de un sentimiento individual». De ahí proceden su creciente sentido de lo que significa el prójimo y su simpatía final hacia el socialismo, aunque se consideraba excesivamente romántico para comprenderlo.
Lógicamente, esta evolución va acompañada de un cambio paralelo en el manejo de sus recursos literarios, que pasan de una poesía intimista y becqueriana a la prosa de sus apócrifos Abel Martín y Juan de Mairena, en los que descarga su propio pensamiento relativizado por la ironía. «Los apócrifos no son sino esbozos de las cosas que él no podía hacer personalmente, pero pensaba que debían haber existido», precisó.
El profesor Valverde considera que el uso de la Ironía y la paradoja en el pensamiento de Antonio Machado tiene un valor de exorcismo, ya que los utiliza para demostrar a qué extremos puede llegar el pensamiento abstracto. Con respecto a la manipulación de la obra y de la figura del homenajeado, estima que puede derivarse de «la gran dificultad de comprender su obra, que tiene una sólida unidad, pero está en constante evolución dialéctica». El propio Valverde confiesa que aún relee cosas de Machado y le parecen nuevas.
La semana próxima intervendrán en el ciclo de conferencia Juan Luis Cebrián, director de EL PAÍS; Alvaro Salvador, Kim Vilar y Agustín García Calvo. Al propio tiempo, la Compañía de Teatro del Mediodía, que dirige José María Rodríguez- Buzón, está proyectando un interesante video que recorre sentimentalmente la Sevilla de los Machado y representando el Juan de Mairena.
Babelia
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