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El Gobierno emitirá 30.000 millones de pesetas (el 25% de la deuda presupuestada) a corto plazo

"Se ha dicho, y o mi juicio sin fundamento, que la causa de estas medidas era la intención del Gobierno de acudir al mercado de deuda a corto plazo para financiar el elevado déficit público previsto para 1981», manifestó Leopoldo Calvo Sotelo (véase EL PAIS de 20 de enero) en una conferencia de Prensa convocada por el entonces vicepresidente del Gobierno para Asuntos Económicos para explicar las medidas de reordenación del sistema financiero. A veinte días de aquella declaración del hoy candidato a la presidencia del Gobierno, ha trascendido la intención de Hacienda de emitir 30.000 millones de pesetas.

La Asociación Española de Banca Privada (AEB) había advertido ya al Gobierno, en un informe sobre la liberalización previo a la aprobación de las medidas de reordenación del sistema financiero, que «el propósito de ofrecer al público deuda pública a corto plazo no tiene ninguna justificación, y en las actuales circunstancias la banca lo estimaría como muy perjudicial para los fines que el sistema financiero debe cumplir». Al día siguiente de la declaración citada de Calvo Sotelo (véase EL PAIS de 21 de enero), el presidente de la AEB, Rafael Termes, volvía a manifestar en conferencia de Prensa su temor por una competencia desleal por parte del Gobierno, tipos de interés altos y desgravaciones fiscales en sus emisiones de deuda pública, y especialmente en las destinadas a corto plazo.

Reparos de la banca al programa de emisiones de deuda pública

En un almuerzo celebrado hace dos semanas por el subsecretario de Presupuestos y el director general del Tesoro con el presidente y el director general de la AEB, se informó a estos últimos sobre las intenciones de Hacienda de emitir deuda a corto plazo en 1981, con un período de amortización de seis meses y por un importe máximo de 30.000 millones de pesetas. Estas emisiones vendrían a sustituir a los bonos del Tesoro y saldrían a subasta cuando el Estado tuviera dificultades de tesorería.Otras dos emisiones de deuda a medio plazo (3-5 años), que se pondrían en el mercado del 15 de marzo al 15 de mayo y del 15 de octubre al 20 de diciembre, junto con una emisión a largo plazo destinada a compañías de seguros, completan los 120.000 millones previstos en los Presupuestos para 1981.

En el transcurso del mencionado almuerzo, y en el consejo general ordinario que celebró la AEB el pasado lunes, volvieron a ponerse de manifiesto las reticencias bancarias hacia la política de emisiones de deuda del Gobierno. La AEB hubiera deseado, en primer lugar, que el Gobierno hubiera consultado a la banca a la hora de presupuestar el déficit público para 1981, «que es muy elevado y que, sin embargo, tememos que va a ser mucho mayor del fijado», según manifestaron a este diario fuentes de la mencionada asociación.

Las últimas emisiones de deuda del Gobierno, con los altos intereses y las importantes desgravaciones fiscales ofrecidas, perturban el mercado y son claramente inflacionarias, según la banca. De ahí los temores de la AEB sobre las modalidades y condiciones del programa de emisiones de deuda pública para este año.

"No hay enfrentamiento, sino diálogo técnico"

Pese a estas reticencias, las fuentes de AEB insistieron en que no existe un enfrentamiento entre la banca y el Ministerio de Hacienda. Lo que hay en estos momentos, añadieron, «es un diálogo técnico, en el que vamos a procurar del mal el menos. El Gobierno nos necesita para colocar la deuda».En este diálogo técnico se estaría discutiendo, según las citadas fuentes, si la banca asegurará o colocará la deuda a medio plazo y la restricción de las emisiones a corto al ámbito de las entidades financieras, en forma de pagarés del Tesoro, que se convertirían en deuda a medio plazo al terminar su período de amortización.

La recuperación del término «pagaré» habla de la tradición de la Hacienda pública española en las emisiones a corto -a finales del siglo XVIII eran habituales los pagarés del Tesoro-, como medio de financiación de sus necesidades. Por la inexistencia de este tipo de emisiones en las últimas décadas, especialmente durante el franquismo, la noticia ha producido, sin embargo, en estos días un cierto desconcierto en determinados medios financieros.

Las negociaciones sobre estos temas continúan abiertas entre la AEB y el Ministerio de Hacienda. La Asociación Española de Banca no expresará al Gobierno su postura definitiva, en principio, hasta la semana próxima, tras la reunión de su comité ejecutivo.

Leopoldo Calvo Sotelo, en la conferencia de Prensa citada, ante la insistencia de los informadores había admitido que «en 1981 se podría recurrir a alguna emisión de deuda a corto, pero siempre en cuantía prudencial y en menor medida que la deuda a largo plazo. Es propósito del Ministerio de Economía ordenar el calendario de emisiones para evitar coincidencias».

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