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La Unesco podrá contar con una "sala española"

En un acto solemne presidido por Amadou Ni Bow, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), se firmó ayer en París, en la sede de dicho organismo, el documento que confirma la creación de una nueva sala de la Unesco. La construcción le ha sido encargada, tras convocatoria internacional, al arquitecto español Alfredo Rodríguez Orgaz. Esta y otras circunstancias podrían favorecer que esa nueva dependencia se convirtiera en la «sala española».El director general de la Unesco y el director general adjunto, Federico Mayor, firmaron el documento que prevé, por una parte, la reforma interior de la actual sede parisiense de la Unesco. Ese trabajo ha sido confiado a un grupo de relevantes arquitectos internacionales, entre los que figuran el inglés sir H. Bennett, el italiano Nervi y el francés Zehrfuss.

Paralelamente se concluyó la construcción de una nueva sala, que será la tercera más amplia e importante de la Unesco. Para realizar ese trabajo se convocó un concurso internacional, que dio como vencedor al español Rodríguez Orgaz, arquitecto reconocido internacionalmente: durante veinte años, en Colombia, desplegó una larga labor de envergadura. Entre otras obras realizó la catedral de sal, el Banco Nacional y la fachada de la catedral de Bogotá. En Madrid, donde reside actualmente, edificó el Liceo Francés, situado en el Parque del Conde de Orgaz.

Al acto de ayer, en compañía de Rodríguez Orgaz, asistió el equipo de arquitectos que reformará la Unesco. Según informes recogidos en este organismo y en medios diplomáticos hispánicos, el Ministerio español de Asuntos Exteriores contemplaría con satisfacción el que la nueva sala se denominara «sala española».

Ello prestigiaría la presencia hispánica en ese organismo internacional, al equipararla a la de otros países, como Estados Unidos y Suiza, que tienen su sala propia.

En el sentido de dicho objetivo, en medios interesados se ha evocado la conveniencia de que España contribuyera con alguna obra artística en la decoración de la sala. El que al arquitecto español se le haya garantizado libertad total para confeccionar la composición interior de la sala, unido a que el director general adjunto es también español, son bazas que jugarían en favor de la «sala española». En última instancia, dijo ayer un funcionario de la Unesco, « todo dependerá en gran medida de la sensibilidad cultural de la nueva democracia española».

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