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Sindicalistas británicos estudian las cooperativas de Mondragón

Andrés Ortega

Mondragón es una palabra mágica, casi sagrada, en esta Gran Bretaña en recesión. El ejemplo de estas cooperativas vascas es mirado con envidia y admiración por varios grupos en este país. El Ayuntamiento de Sheffield, en el norte de Inglaterra, está investigando la forma en que operan las cooperativas, y una delegación del Congreso Sindical Galés visitará Mondragón a partir del próximo 23 de enero.La delegación galesa estará presidida por George Wright, secretario general del Congreso Sindical Galés, e incluirá a otros delegados, a cuatro representantes de los 134.000 galeses en paro, acompañados por periodistas del Financial Times y del dominical The Observer, así como por un equipo de la sección galesa de la BBC.

Con sesenta cooperativas que dan empleo a 17.000 personas y con una caja laboral popular con 350.000 cuentas, el «experimento de Mondragón», que comenzó hace veinticinco años, no tiene parangón en el Reino Unido. Este experimento fue tema de un programa de la BBC, dirigió por Dominic Plessati, que sin duda alguna ha tenido gran influencia. Hoy, Mondragón interesa a mucha gente, desde trabajadores en paro a industriales o profesores de universidad.

En el estudio del modelo de Mondragón, los sindicalistas galeses están, sobre todo, interesados en la búsqueda de estrategias económicas alternativas, aunque hay paralelismo entre Gales y el País Vasco, nacionalismo y lengua, que no pueden dejarse al margen. También está el hecho de que en el país de Gales existe una numerosa mano de obra especializada, lo cual facilitaría el establecimiento de cooperativas en los campos de la ingeniería, la microelectrónica o la fabricación de muebles. Otro hecho que facilitaría este movimiento es que en Gales muchas de las quiebras industriales se han producido al margen del sector público, afectando, principalmente, a la pequeña empresa. Naturalmente, para que el cooperativismo tuviera éxito deberían cambiar muchas concepciones de las relaciones laborales.

El Congreso Sindical Galés espera crear un centro de recursos para proporcionar información especializada a grapos de trabajadores que quieran establecer empresas en régimen cooperativo, y un fondo de inversiones. El dinero provendría de payos por despidos y de contribuciones personales, institucionales y gubernamentales. El Gobierno británico ha concedido ya más de siete millones de pesetas para un estudio que lleva a cabo el Congreso Sindical Galés sobre la viabilidad de las cooperativas de trabajadores.

El Gobierno tiene ya una agencia para el desarrollo de las cooperativas, organizaciones industriales que no son algo nuevo en Gran Bretaña, sino que se enmarcan en una gran corriente que cobró su mayor auge en 1880-1890. Después de todo, fue Robert Owen el que puso primero en marcha las ideas sobre cooperativas, sin mucho éxito entonces, que inspiraron el desarrollo de los sistemas de Mondragón. El cooperativismo siempre ha estado presente en la política sindical y laborista en Gran Bretaña.

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