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Círculos bancarios consideran inoportuna la reordenación del sistema financiero

Círculos bancarios han calificado de «francamente inoportuna y perjudicial» la reordenación del sistema financiero, adelantada hace siete días en sus líneas generales por este diario, que será estudiada por la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos en su próxima reunión, prevista para el martes. La reforma ha sido calificada también de «solución de compromiso que no satisface a nadie».

La insatisfacción general en el sector viene dada porque no se recogen en el proyecto aspiraciones que la banca considera muy importantes para el mejor desarrollo de su actividad, tales como la progresiva liberalización, de sus coeficientes de inversión obligatoria. A la vez que se introducen modificaciones en el sistema actual, que medios próximos al sector no han dudado en calificar de francamente desfavorables e inoportunas.Sin embargo, para estas mismas fuentes el proyecto tampoco colma las aspiraciones manifestadas por el Banco de España.

Las modificaciones que afectan sustancialmente a la actual operativa bancaria, se centran fundamentalmente en el cambio del sistema operativo, en el descuento de papel comercial y en la obligatoriedad de que los certificados de depósito (CD) sean emitidos en plazos superiores al año, y sus intereses pagados por semestres vencidos. Otro aspecto por el que medios próximos a la banca privada se han mostrado extremadamente preocupados es la posibilidad que queda abierta para que se emita deuda pública a corto plazo, es decir, a seis meses, para financiar los desajustes presupuestarios.

Supresión de las comisiones

En lo que se refiere al primer punto, es decir, a la supresión del actual sistema de libertad en las tarifas de comisiones en operaciones de descuento comercial, fuentes del sector consultadas por EL PAIS manifestaron que esta reforma resulta muy poco favorable para la banca, comercial, por cuanto supone una alteración brusca en su modo de operar al imponer el sistema de un tipo de interés de referencia, y prefijar las comisiones, ya que, siempre según las mismas fuentes, los clientes bancarios, y de forma especial los pequeños, se verán afectados por la medida, al igual que los corresponsales de banca en los pueblos, sin que a cambio obtengan otra cosa que una menor confusión.En medios bancarios se da como casi seguro qué el tipo de referencia se situará entre el 16,5% y el 18,5%.

Cualquier medida que afecte a las operaciones de descuento de papel comercial, acostumbra a poner en guardia a los banqueros; no en vano este es uno de los negocios más tradicionales de la banca, y sus departamentos de cartera de efectos ocupan, según han repetido en numerosas ocasiones portavoces de la Asociación de.la Banca Española (ABE), al menos a un tercio de sus empleados.

No obstante, medios próximos al Banco de España señalaron que la idea que ha inspirado esta medida es la de conseguir una mayor claridad.

En lo que se refiere a establecer que los certificados, de depósito sólo podrán ser emitidos desde un año hasta cinco, por un millón de pesetas o cantidad múltiple, y sus intereses deberán ser pagados por semestres vencidos, las autoridades económicas parecen pretender acabar con el principal vehículo de pago de extratipos. Los certificados de depósito constituyen una parte muy importante de los depósitos de la banca, que, además, va creciendo en proporción meteórica.

Por último, la posibilidad de que se emita deuda pública a seis meses intranquiliza también de forma notable al sector. Conforme apuntaba un alto ejecutivo de uno de los grandes bancos, la emisión de deuda pública a corto plazo no va a suponer un trastorno importante en la operativa bancaria, pero sí se va a constituir en un competidor muy peligroso para la captación de recursos.

Los esfuerzos de la banca por impedir que se pudiese poner en circulación este tipo de deuda son antiguos. Los argumentos que tradicionalmente se han venido esgrimiendo son los de que, por el momento, la banca tiene un tercio de sus inversiones cautivas, es decir, afectas a los coeficientes de inversión obligatoria, y que, por tanto, una detracción del sistema de varios miles de millones de pesetas por la vía de la deuda pública a corto plazo tendría un indudable reflejo en las cuentas de resultados bancarias.

En este momento la batalla parece estar planteada en que los activos de este tipo que se emitan se amorticen en el mismo ejercicio en que sean lanzados.

«Si su objetivo es financiar los desajustes presupuestarios », señaló a EL PAIS un cualificado banquero, «lo lógico es que se amorticen en su totalidad al fin de cada ejercicio».

Este tema cobra actualidad en la reciente firma del Concierto Económico con el País Vasco. En él se fija que el ingreso de las cantidades que la Hacienda vasca debe aportar al Tesoro del Estado, se realizarán en tres plazos; mayo, septiembre y diciembre, con lo que la Hacienda central tardará aún más en reunir sus ingresos anuales previstos.

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