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El Gobiemo Civil sólo ha impuesto 16 multas dentro de la campaña de contención de precios

El Gobierno Civil ha impuesto, hasta el momento, dieciséis multas, por un valor total de 1.550.000 pesetas, dentro de la campaña de contención de precios y control alimenticio. La escasa cuantía de las sanciones, más de la mitad de ellas de 50.000 pesetas, se ha unido este año a una falta de información clara a los consumidores sobre los artículos con precios acordados entre los sectores y la Administración, y al excesivo precio alcanzado por algunos alimentos de precio libre, aunque de consumo casi obligado en los hogares madrileños.

Desde que comenzó la campaña, el pasado 15 de diciembre, el gobernador civil, Mariano Nicolás, ha impuesto dieciséis multas, una de ellas a un mayorista y el resto a carniceros.La cuantía de las multas ha oscilado entre las 50.000 y las 300.000 pesetas, aunque de esta última cantidad sólo se ha impuesto una, en tanto que de 50.000 han sido nueve las sanciones gubernativas aplicadas; el resto han sido cuatro de 150.000 y dos de 100.000 pesetas. El año pasado, al término de la campaña, habían sido impuestas multas por valor de doce millones de pesetas.

Con respecto a los motivos de las sanciones, se ha dado la circunstancia de que todos ellos eran incumplimientos a las normas establecidas para la venta de corderos. Según se había establecido, este producto tendría precio libre si su peso era inferior a los siete kilos; si superaba este peso, el kilo de cordero canal costaría 692 pesetas al público, y si estaba troceado, los cuartos delanteros podrían venderse a 681, y los traseros, a 720 pesetas kilo.

Las anomalías observadas por los inspectores de Abastos o de la Jefatura Provincial de Comercio Interior fueron que los comerciantes carecían de albaranes de compra o los corderos no tenían los preceptivos distintivos del peso y calidad. Sólo en cuatro de los casos se comprobó que los comerciantes cobraban un precio superior al establecido. En otros dos casos se multó por encontrar corderos con piel, y una, por expenderlo con asadura incluida.

Aparte de los problemas encontrados en la venta de corderos, los funcionarios del Ministerio de Comercio han tenido que hacer frente a otros problemas derivados del abastecimiento alimenticio a la capital.

Desabastecimiento de tomates

Madrid estuvo a punto de quedar desabastecido de tomates, ya que las cosechas de Aguilas y Mazarrón, en Murcia, se vieron muy afectadas por las heladas. El precio de la uva, que se calculaba llegaría a unas cien pesetas el kilo, llegó a ponerse en 160 pesetas, también a causa de las incidencias del clima, lo que obligó a los consumidores a dirigir sus apetencias hacia la piña, que, en muchos casos, se vio encarecida por encima del precio marcado.

El tercer producto que sufrió variaciones fue el besugo, cuyo precio fue establecido en 1.250 pesetas por kilo. Los temporales sufridos en el Norte y la actuación de piquetes que impidieron la entrada en territorio nacional del género importado hizo que el kilo alcanzara las 1.650 pesetas.

Estas fluctuaciones en los precios, unidas a que la lista de los artículos comprendidos dentro de la campaña de contención que termina el próximo día 5, sólo fue publicada por la Prensa, han motivado que numerosos consumidores no hayan podido establecer si el comerciante les cobraba o no un precio abusivo. Esta falta de control, al parecer, ha sido compartida por la propia Administración, ya que, según se deduce del tipo de las sanciones impuestas, se ha dedicado una especial atención al sector de las carnes, en detrimento de la vigilancia de otros sectores.

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