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Martínez Lázaro: "Mi película cuenta una historia actual"

Estreno de "Sus años dorados", segundo largometraje del director de "Las palabras de Max"

La película Sus años dorados, segundo largometraje de Emilio Martínez-Lázaro, se estrena hoy en el cine Alphaville, de Madrid, después de su presentación en el I Festival Internacional de Cine de Sevilla. Según su autor, «es una película realista y cuenta una historia actual, con gente joven». Como intérpretes figuran José Pedro Carrión, Patricia Adriani, Marisa Paredes, Luis Politi, Pep Muné y Mireia Ros, con música del grupo Suburbano.

Emilio Martínez-Lázaro (Madrid, 1945) comenzó a finales de los años sesenta a rodar sus primeros cortos: Circunstancias del milagro, Aspavientos, Amo mi cama rica y El camino del cielo. Ayudante de dirección de Gonzalo Suárez y Jesús Franco, en 1971 dirige el sketch Víctor Frankenstein para la película colectiva Pastel de sangre. Es coguionista de El hombre oculto, de Alfonso Ungría, y Pascual Duarte, de Ricardo Franco. Desde 1973 realiza para la televisión adaptaciones de relatos de Poe, Melville, Juan Benet, Camoens y Miguel Angel Asturias. Su primer largometraje, Las palabras de Max, obtuvo en 1978 el premio Oso de Oro del festival de Berlín.La ironía del título se identifica con la frase de Groucho Marx «Mi juventud: ¡puedes quedarte con ella!», como resumen del tema propuesto. Los protagonistas de la película pertenecen a una cierta juventud que vive en las grandes ciudades, marginados de lo que les ofrece el sistema social.

«Los seis personajes», dice Emilio Martínez-Lázaro, «reflejan unas cuantas ideas sobre nuestra condición actual. Es una película realista, y nuestra realidad no da para mucho más. No quisiera parecer un aguafiestas total, tipo Cioran, pero hay que reconocer que las cosas están cuesta arriba. Alguien me ha reprochado el final excesivamente violento, pero yo lo creía necesario, porque ese final, en definitiva, pende como una espada sobre nuestras cabezas. Quería que la película tuviese un cierto tono existencial, o mejor existencialista, como si los personajes se estuvieran replanteando su vida a lo largo de la narración».

«Lo que he querido decir con Sus años dorados está en la pantalla», añade el director, «pero me gustaría recomendar al espectador que actúe por su cuenta y piense por sí mismo, como lo hace María, la chica de la película que aborda a todo el mundo. Intenta tener una respuesta propia para cada problema; no la que nos suministran los medios de comunicación o las corrientes de cultura degradada que propagan las elites en cada momento. La película refleja una historia actual, con gente joven, de los que ya no sabemos si son burgueses, o proletarios, o qué. A este respecto cada vez sabemos menos. Ellos mismos no saben lo que son; seguramente no son nada. Algunos, ni siquiera jóvenes».

«La historia es comprensible y muy clara; nada de símbolos, de técnica de vanguardia. El espectador reconocerá las calles de nuestra ciudad, los ambientes y los personajes. Yo sólo espero lograr la ansiada comunicación con él. Sus años dorados está pensada para todos los públicos. Sería una lástima, sobre todo para mí, que la escasa tradición realista de nuestro cine la convirtiese, una vez más, en una flor exótica».

Martínez-Lázaro señala que en un principio pensó contar la película en clave de comedia y caricaturizar los personajes, «pero esta intención iba a resultar difícil para el espectador, porque le acosa el mismo proceso que a mí: la invasión arrolladora de nuestra realidad inmediata. Resulta muy poco gracioso el paro. El tono realista, que algunos llamarían neorrealista, hace la película asequible a todo tipo de público».

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