_
_
_
_
_

Los agricultores europeos no se creen las estadísticas vitícolas españolas

Soledad Gallego-Díaz

El Consejo Europeo de Jóvenes Agriculgores (CEJA) -una de las más poderosas organizaciones agrícolas de la CEE- examinó el jueves, en su reunión anual en Bruselas, el problema que plantea la producción vinícola española cara a la ampliación de la Comunidad Económica Europea. El CEJA expresó sus dudas sobre la credibilidad de las estadísticas oficiales españolas, según las cuales -pese a tener la mayor superficie de viñedo de Europa- nuestra producción es prácticamente la mitad de la italiana o la francesa.

El Consejo, que aprobó en 1979 (en Berlín) el principio de la adhesión de España al Mercado Común, examinó el informe preparado por la Comisión Europea sobre reforma de la Política Agraria Comunitaria (PAC) y, en concreto, los capítulos dedicados a vino, aceite de oliva y frutas y legumbres, y entabló una larga discusión sobre las características de la producción vinícola española. Felipe González de Canales, presidente del Centro Nacional de Jóvenes Agricultores, que tiene estatuto de «observador», explicó que la producción normal teórica de España es de 32 a 36 millones de hectólitros, cuando la media de los países comunitarios productores de vino se sitúa en los 68 millones. Ello es debido a las especiales características del suelo español.Según González de Canales, el consumo de vino sigue creciendo en nuestro país (somos el tercer consumidor, detrás del Francia e Italia), por lo que se destinan anualmente a la exportación sólo unos seis millones de hectólitros, de los que algo más de la mitad van a parar a países miembros de la CEE. El vino español sigue teniendo un gran mercado en la Unión Soviética (de 1,5 a dos millones de hectólitros).

El principal problema que se plantea con la adhesión reside en los vinos blancos. La CEE no quiere que los vinos blancos se empleen para «rebajar» los tintos, pese a que esta práctica, muy extendida en España (gran productora de vino blanco), existe también en Francia e Italia. Como contrapartida, el portavoz español criticó la práctica de la República Federal de Alemania, que «fabrica» vino a partir de azúcar y alcohol, lo que está prohibido en España.

Francia quiere vendernos tomates

Al parecer, varios representantes del Centro de Jóvenes Agricultores de Francia «anunciaron» a los españoles nuevas acciones contra las exportaciones españolas de frutas y legumbres, ya que los calendarios perjudican, según ellos, a la propia producción del sur de su país. Las autoridades españolas buscan, al parecer, «contrapartidas» que aplaquen a los agricultores franceses, pero la reciente compra de 16.000 toneladas de manzanas y peras (curiosamente las peras proceden, según se afirma, de Italia, reexpedidas por París), no se considera suficiente.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_