Un polaco solicita asilo político en Berlín Occidental tras secuestrar un avión de Lot

Un ciudadano polaco provisto de una granada de mano desvió ayer un avión de la compañía aérea de su país, Lot, hasta la base norteamericana de Tempelhof, en Berlin Occidental. El secuestrador, cuya identidad se desconoce, pidió inmediatamente asilo político y fue entregado a la policía alemana, quien se hizo cargo, en principio, de su interrogatorio.

El aparato, que realizaba un vuelo interior, Zielena-Varsovia, con veintiún pasajeros y cuatro tripulantes, regresó a la capital polaca tras ser interrogados sus ocupantes. El aeropuerto de Tempelhof, hasta hace seis años abierto al tráfico civil, es desde entonces base militar de Estados Unidos, en cuyo sector está enclavado. Los británicos disponen de otra base aérea en el distrito berlinés de Gatow, y los franceses, de parte del actual aeropuerto central de Berlín, en Tegel.En un principio, los servicios de control de Tempelhof creyeron que se trataba de un aterrizaje de emergencia, por lo que concedieron todo tipo de facilidades. El avión tomó tierra a las ocho y media de la mañana.

Un portavoz de las fuerzas militares francesas en Berlín desmintió categóricamente las primeras informaciones de que el aparato de la Lot intentase primero aterrizar en el aeropuerto civil de Tegel, pero que se lo impidió otro aparato que le seguía.

Quinto secuestro

Este es el quinto secuestro aéreo protagonizado por ciudadanos de Europa oriental que termina en aeropuertos de Berlín Occidental, y el tercero realizado por un polaco. En agosto de 1978, Hans Tiede, polaco de 34 años, obligó a un avión a tomar tierra en Alemania. Juzgado posteriormente según las leyes norteamericanas, fue condenado a nueve meses de cárcel. Nueve de los pasajeros que le acompañaban optaron por permanecer en Berlín Occidental.

El 19 de octubre del mismo año, dos jóvenes mecánicos de Berlín Oriental secuestraron un avión polaco y fueron condenados a dos años de cárcel.

En ambos casos, los aliados se negaron a conceder la extradición solicitada por Polonia y la República Democrática Alemana.

En la década anterior, un comandante del Ejército del Aire de Polonia, su esposa y dos de sus hijos se refugiaron en el aeropuerto de Tempelhof en 1963.

Tres años después, otros dos jóvenes alemanes habían desviado un avión polaco hasta el aeropuerto de Tegel, siendo condenados por un tribunal francés en Berlín a dos años de prisión cada uno.