Se celebra en Lugo la segunda muestra antológica de arte gallego
Ochenta y cuatro obras componen la II Mostra Antoloxica da Arte Galega, que se expone en Lugo, dentro de los actos organizados por la Sociedad del Círculo de las Artes, con motivo del 125 aniversario de su fundación y en colaboración con el Ministerio de Cultura. Esta es una de las exposiciones más importantes que pueden verse ahora en Galicia, y de las mejores que se recuerdan en Lugo en los últimos años y continuación de la I Mostra celebrada por la misma sociedad, en 1960, de la que habían sido protagonistas, entre otros, Llorens y Julia Minguillon.Las obras, de Alfonso R. Castelao, Manuel Colmeiro, Laxiciro, Xosé Eiroa, Cándido Fernández Mazas, Carlos Maside, Luis Seoane y Arturo Souto, cuelgan en el salón Región de la sociedad lucense como una muestra del movimiento renovador del arte en torno al grupo Nos, que reúne a artistas altamente significativos, sin los cuales no se llega a explicar la historia de la plástica gallega.
Aunque resulta difícil encontrar el común denominador y conocer el carácter selectivo -existe una mezcolanza estética y casi generacional-, esta II Mostra revela de alguna manera que en esta época la cultura plástica gallega tenía un nivel muy superior a la actual.Las ochenta y cuatro obras que componen la exposición antológica han sido recuperadas y cedidas de los museos Carlos Maside, Provincial de Lugo, Pontevedra y Quiñones de León, seminario de Sargadelos, Instituto Padre Sarmiento, y de colecciones privadas y de familiares de los diferentes artistas.
En esta II Mostrú Antoloxica da Arte Galega se combina la obra de Castelao, que recoge aspectos dramáticos de Galicia, con la de Luis Seoane, lo más nuevo del movimiento renovador y de una generación posterior a Castelao, pero que mantiene una conducta de gran paralelismo, y la de Colmeiro, que convierte su arte en un testimonio del mundo gallego, reclamando atención a su abandono, y junto a ellas, las esculturas de Eiroa, en piedra, madera y granito, y los cuadros de los dos únicos hombres para los que la guerra civil no tuvo graves consecuencias, ya que el resto de sus compañeros sufrieron el exilio.
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