El ministro de Cultura inaugura los actos del homenaje nacional a Miguel de Unamuno

«Un mensaje de humanidad, su sentido de la españolidad y su universalidad, son los tres aspectos más característicos de la personalidad y la obra de don Miguel de Unamuno», dijo ayer el ministro de Cultura, Iñigo Cavero, en la inauguración de los actos que se han organizado dentro del homenaje nacional al intelectual español que estuvo confinado entre los meses de marzo y junio de 1923 en la isla de Fuerteventura. Estos actos continuarán los próximos días en las universidades de La Laguna, en Tenerife, y Salamanca.

La isla majorera recibió ayer a hombres de la cultura y la política que han querido estar presentes en unos actos sencillos y populares, pero de una gran dimensión. Personas como el político Jaime Miralles -que, junto a Fernando Alvarez de Miranda y Joaquín Satrústegui, también estuvieron confinados en esta isla en 1963-, o cuatro de los seis nietos de Unamuno, fueron ayer testigos de la huella que dejó su paso por la isla. «La breve estancia de don Miguel en esta isla, durante los meses de su destierro, fue suficiente para que su genio creador y su pasión hispana dieran origen a prosas y versos que son ya antología obligada en la literatura española», afirmó Gerardo Mesa, presidente del Cabildo Insular de Fuerteventura.Por otro lado, Jaime Miralles, como vicepresidente del Movimiento Europeo, intervino en el descubrimiento de una placa en donde se deja patente la estancia de Unamuno en Fuerteventura. Miralles afirmó que don Miguel fue un intelectual sintético y genial. «Fuerteventura», añadió, «fue durante las etapas de las dictaduras tierra de confinamiento; pero desconocían los que nos enviaron aquí la disposición de los canarios para acoger y, respetar a los hombres por encima de sus ideas. Por ello, creo que tanto la estancia de Unamuno como la de mis compañeros, y la mía propia, no fue un destierro, sino la oportunidad de tomar contacto con un pueblo noble y sencillo.

Asimismo, en el acto oficial de la inauguración, el escritor canario Alfonso de Armas leyó unas cuartillas que envió el director de la Real Academia Española, Dámaso Alonso, que, por cuestiones de salud, no pudo estar presente en el homenaje, como era su deseo. Dámaso Alonso afirmó que en sus múltiples contactos con Unamuno le habló de Fuerteventura y de sus habitantes con entusiasmo y ternura., «y explicaba el reconocimiento que le tenía porque el mar, el cielo y la tierra de aquella isla habían reprimido su desesperación y dado entrada para el consuelo».

Dijo más adelante que esta conmemoración, nacional de don Miguel de Unamuno le incitó a volver a leer los sonetos del libro De Fuerteventura a París. Manifestó que «los escritos de Fuerteventura de don Miguel tienen dos caras: una, la de la Ira y el quebranto que le causaba la situación de España bajo una dictadura, ira justificada también por el daño personal de su destierro; otra, el endulzamiento y, en cierto modo, la cura que le producía la isla y la profunda penetracíón mediativa de su cielo y su mar».

Asimismo, quedó inaugurada en la Casa de la Cultura de Puerto del Rosario una exposición de la bibliografía y objetos personales de Miguel de Unamuno.