Los euromisiles equilibrarán en los próximos años la relación de los armamentos

La relación de fuerzas nucleares entre Estados Unidos y la Unión Soviética mejorará hacia mediados de los años ochenta, según afirmó el secretario de Defensa norteamericano, Harold Brown, al término de la reunión del grupo de planes nucleares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) celebrada ayer y el, pasado jueves en Bruselas.

Según Brown, Estados Unidos puede mantener la paridad nuclear con la URSS gracias a los misiles Cruise -464 de, los cuales serán instalados en Europa a partir de 1983- y a los nuevos misiles submarinos Poseidón. El secretario de Defensa señaló que el program- a de fabricación de los Cruise y los Pershing 2 (108 serán instalados en la República Federal de Alemania) «prosigue satisfactoriamente su curso», pese a que otros altos funcionarios de su país reconocieron días pasados que existía un retraso momentáneo de seis meses.Brown, que mantuvo entrevistas bilaterales con sus colegas de la RFA y de Bélgica a propósito de la negativa de estos dos países (al igual que Holanda y Dinamarca) de aumentar en un 3% sus presupuestos de defensa nacional, negó que se sintiera «desanimado». «Comprendo sus problemas», dijo, «y los contemplo con simpatía. No estoy defraudado en absoluto. Creo que hemos hecho grandes progresos en los últimos dos años».

La sonrisa del ministro de Defensa de Estados Unidos -que cederá su puesto en enero próximo a algún político republicano- no disipó, sin embargo, la impresión recogida en otras fuentes norteamericanas de que Washington ha lanzado una seria advertencia a sus aliados europeos, exigiéndoles un mayor esfuerzo presupuestario.

Las conversaciones de Ginebra

Como viene sucediendo desde que el pasado mes de diciembre de 1979 los países aliados -excepto Francia, que no forma parte del grupo de planes nucleares, y Holanda y Bélgica, que pusieron condiciones- aprobaron la instalación de los euromisiles: el comunicado final hecho público ayer contiene una nueva llamada a la negociación con la URSS. «Los ministros», afirma, «han acogido con satisfacción el inicio de las conversaciones de Ginebra y subrayan su interés sostenido en el desarrollo de estas discusiones». Los aliados expresan su «esperanza en que dichas discusiones permitirán un acuerdo de limitación de armas nucleares de teatro en Europa verificable, equilibrado y equitativo».

Harold Brown, sin embargo, no se mostró muy optimista al respecto. Resaltó que se trataba de un «encuentro muy difícil». «En estos contactos preliminares celebrados en Ginebra se ha puesto ya de manifiesto que las dos partes no están de acuerdo. La URSS se concentra sobre una larga lista de sistemas nucleares americanos instalados en Europa (caza bombarderos, es pecialmente) y no quiere oír hablar de sus propios sistemas».

En el comunicado se vuelve a insistir en el fuerte potencial nuclear de la URSS -que aumenta día a día sus existencias de SS20, SS-4 y SS-5-, y se señala que la política estratégica norteamericana, «en el contexto de la estrategia de la OTAN », sigue siendo el centro de una adecuada política de distensión.