Divergencias en la "conferencia paralela"
La oportunidad de una negociación directa con Estados Unidos para que presione a la URSS sobre los derechos humanos. suscitó ayer divergencias en el seno del movimiento disidente de la Europa del Este, en el transcurso de la tercera jornada de debates sobre el Acta Final de Helsinki, en la que intervienen, a modo de «conferencia paralela», destacados miembros de la oposición política en la Unión Soviética y otros países de la Europa oriental.Alexander Ginzburg, antiguo secretario del premio Nobel de Literatura Aleksander Solyenitsin y encargado de difundir en el interior de la URSS el dinero que el escritor destina a las familias de los detenidos políticos soviéticos, defendió, en su intervención de ayer, la necesidad, para el movimiento disidente, de abandonar la utilización del Acta de Helsink¡, que considera muerta, en la lucha contra el régimen soviético y, en su lugar, negociar con Estados Unidos directamente para que presione a la URSS con el fin de hacerle respetar los derechos humanos.
«Ahora estamos en condiciones de negociar directamente con el Gobierno norteamericano », dijo Ginzburg, opinión que, de mariera sorprendente, estuvo apoyada por Leónidas Pliucht, que se califica asimismo de neo-marxista.
Los representantes de los Grupos Helsinki del interior de la URSS, como Liudmilla Alexeyeva, por el comité de Moscú, y el grupo ucraniano, que preside el general Piotr Grigorenko, manifestaron su disconformidad con este criterio, al igual que representantes de la oposición polaca y checoslovaca presentes en la reunión de ayer de la «conferencia paralela», que organiza el Comité ad hoc de Ciudadanos para la Conferencia de Madrid, norteamericano y con apoyo del Gobierno de Estados Unidos.
Miembros de la delegación polaca, vinculados al Comité de Autodefensa Obrera (KOR), declararon que, «de golpe», parecían rotos los esfuerzos por crear un movimiento disidente en la Europa del Este aliado.
Por otra parte, el cadáver de Amalrik, el disidente fallecido en la madrugada del miércoles pasado en un accidente de tráfico, fue trasladado ayer a Madrid, donde será incinerado el sábado «según deseo de su esposa y a la manera que se hace en Moscú» (el rito ortodoxo), lugar de nacimiento del disidente. Hoy, a las 11.30, será el funeral católico en la iglesia del Parque Móvil Ministerios. Por otro lado, el editor de Amalrik en Estados Unidos ha pagado las 150.000 pesetas de gastos funerarios.
En medios próximos a la esposa del disidente fallecido afirman que ésta sigue en estado de «choque» y muy preocupada por su propio futuro. Al igual que su marido, es apátrida y no tiene ahora lugar de residencia.
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