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La transición presidencial en EE UU

Reagan: "La paz mundial es mi objetivo prioritario"

Vincular las relaciones con la URSS al conjunto de las actividades soviéticas en el mundo, restablecer la confianza de los aliados europeos en Estados Unidos, dedicar una atención preferente a América Latina y preservar la paz en Oriente Próximo sin negoclar con los «terroristas» de la OLP fueron las principales dcelaraciones de política exterior hechas ayer en la primera conferencia de Prensa del presidente electo, Ronald Reagan, celebrada en el Century Plaza Hotel, de Los Angeles (California). «La paz mundial es mi objetivo prioritario», añadió.Un Ronald Reagan sonriente, lleno de gozo y confiado en sí mismo, ofreció ayer su primera conferencia de Prensa, acompañado del vicepresidente, George Busch, y los principales miembros de su equipo.

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Viene de primera páginaRonald Reagan presentó su equipo «californiano» encargado de la transición, en cuyas manos quedará la distribución de los 250 o 300 altos puestos de la nueva Administración republicana, más otros 2.500 a 3.000 adjuntos.

El presidente del comité electoral de su campaña, el abogado neoyorquino William Casey, de 67 años, presidirá su comité ejecutivo de transición. En dicho comité figurarán, entre otros, por parte republicana, Edwind Meese como director ejecutivo; Anne Armstrong, vicepresidenta; Caspar Weinberger, consejero de Economía; Martin Anderson, consejero de Interior, y Richard Allen, consejero de Seguridad Nacional.

Salió en defensa de Allen, que, según la Prensa, había utilizado su cargo en la Administración Nixon para impulsar sus negocios personales; ante estas revelaciones, Allen se había retirado de la campaña republicana.

Reagan desmitificó «sus planes secretos» para una liberación de los 52 rehenes norteamericanos detenidos en Teherán. Recordó que la Administración wcarter sigue en pie hasta el 20 de enero, que «no perderemos ni un minuto para lograr la liberación», y lanzó una advertencia a los iraníes para que no «se aprovechen» de la situación transitoria.

Los temas de relaciones exteriores, uno de los «puntos débiles» del nuevo presidente, ocuparon gran parte de la conferencia de Prensa, a la que no faltó su nota de humor negro, cuando una periodista de la cadena de televisión ABC preguntó a Georges Bush si «iba a la Casa Blanca para, participar en les funerales del presidente», como dijo una vez a primeros de año, cuando pugnaba en Reagan por el nombramiento de candidato a la elección presidencial. Risas, palabras de Bush precisando que se «iban a repartir los funerales», confirmaron el sentido del humor de Reagan y dejaron el tema en tablas, para un presidente que, por vez primera en la historia de EE UU, contará con setenta años de edad cuando el 20 de enero de 1981 se haga cargo de la Casa Blanca.

Pasando a los temas serios, y quizá graves, que comporta toda incógnita presidencial en un país con el peso de Estados Unidos, Reagan señaló que «todo esté vinculado» en el momento de definir las relaciones futuras con la URSS. Citó los telegramas de felicitación enviados por los primeros dirigentes soviéticos con quienes, de acuerdo con los planes políticos de Reagan (aunque no lo recordó explícitamente en la conferencia de Prensa), EE UU renegociará el tratado SALT II, de limitación de armamento nuclear, firmado en junio de 1979, en Viena, entre Breznev y Carter.

Vincular todos los temas

«Vincular» (linkage) fue una de las palabras más repetidas por Reagan en torno a las futuras relaciones EE UU-URSS. Se supone que Washington se prepara a relacionar el conjunto de actividades y políticas de la URSS (invasión de Afganistán, incógnita sobre el futuro de Polonia, apoyo a ciertos regímenes tercermundistas) para sustituir a «las todavía, fórmulas desconocidas de la Administración Reagan».

«George será muy útil en esta labor», dijo el presidente electo Reagan, preguntado por el futuro de las deterioradas relaciones entre Estados Unidos y la mayoría de países de Europa Occidental. Dijo que no le «molestaban» las estrechas relaciones existentes entre el presidente de Francia, Valéry Giscard d'Estaing, y el presidente de la URSS, Leónidas Breznev, insistiendo, a preguntas de la Prensa, en el deseo de «contar con estrecha amistad» con los dirigentes europeos.

«Restablecer la confianza de los aliados en Estados Unidos», dar la importancia que merece a la OTAN (no hay diferencia entre demócratas y republicanos en sus deseos «oficiosos» de patrocinar la entrada de España en la OTAN) y «consultar» con los aliados, fueron puntos destacados por Ronald Reagan en su primera conferencia de Prensa, tras su clamorosa eleccion popular como presidente, que puso de relieve el claro giro a la derecha y el conservadurismo dado por la sociedad norteamericana.

America Latina tendrá prioridad en la política exterior del tándem Reagan-Bush, para que todos los pueblos de América «del Norte, del Centro y del Sur» caminen unidos en la libertad. El respeto de los derechos humanos, que fue una de las prioridades de la antigua Administración Carter, sobre todo en sus primeros meses en la Casa Blanca. continuará con Reagan, aunque «no vamos a distanciarnos de al-unos países porque piensen de otra forma que nosotros», dijo Reagan. El júbilo con que la victoria de Reagan fue acogida en las capitales del Cono Sur latinoamericano marca el camino.

La situación en Oriente Próximo será analizada bajo el interés común de preservar la paz, dijo Reagan, que calificó a la OLP de «organización terrorista», pero distinguió entre la organización palestina y los refugiados palestinos.

Separación entre negros y blancos

El nuevo presidente insistió en que respetará el «programa de la plataforma republicana; por él he sido elegido». Programa que otorga la prioridad a la solución de la crítica situación económica (con reducción del 30% de la presión fiscal, para reactivar la economía). Recordó que no apoya la enmienda constitucional que reconoce la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer; prometió liquidar la tímida legislación que permite el aborto bajo ciertas condiciones, y volver al antiguo sistema de transporte escolar separado entre blancos y negros en algunas zonas del país.

Los líderes de las comunidades negras no ocultan sus temores ante la amplitud de la victoria de Ronald Reagan, que prometió no tener en cuenta «colores ni razas», sino sólo la eficacia, en el momento de repartir altos cargos en la Administración. Los movimientos feministas muestran también su desacuerdo,y los estudiantes de la Universidad de California, en Berckeley, en las cercanías de San Francisco, fueron los primeros en manifestar su desacuerdo.

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