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Elytis visitó varios lugares lorquianos en Granada

«Granada no es la misma que hace treinta años. Antes era mejor», declaró ayer el premio Nobel de Literatura 1979, Odysseas Elytis, antes de dar por concluida su penúltima etapa del «peregrinaje poético» que en la actualidad realiza por España, invitado oficialmente por el Ministerio de Cultura.La primera vez que el poeta griego visitó la ciudad de la Alhambra, todavía era posible, efectivamente pasear por la calle de Elvira «sin tropezarse a cada instante con los coches subidos a la acera». En aquella ocasión, sin embargo, a los tres años de haber descubierto la poesía de Federico

García Lorca, Elytis no pudo cumplir, como ahora, uno de sus deseos más inconfesados de entonces: visitar Fuente Vaqueros y el barranco de Víznar, cuna y lugar de enterramiento, respectivamente, del autor de su admirado Romancero gitano.

«Hoy ha sido el día más emocionante e importante de mi viaje, », dijo el premio Nobel, que vivió el momento más conmovedor de su itinerario lorquiano cerca. de Aynadamar, la «fuente de las lágrimas» de los nazaritas granadinos, al olivo donde se suponen enterrados los restos de Lorca. «Creo que aquí no se debe levantar ningún monumento grandioso, sino sencillo, muy natural», le comentó a su acompañante José Sánchez Faba, presidente de la Diputación de Granada, que hace unas semanas convoco un concurso internacional de ideas para erigir en aquel paraje un parque en homenaje al poeta de Fuente Vaqueros.El viaje a Granada de Elytis terminó, en su segunda. jornada, con una reunión con poetas locales y una visita a la Alhambra y al Generalife. «Volveré», dijo Elytis , «algún día, aunque sea de incógnito, sin las hipotecas del protocolo»

Ciclo de Tovar sobre la antigua Grecia

«Odysseas Elytis es quizá el poeta que mejor ha reflejado la tragedia de los pueblos europeos en la segunda guerra mundial», dijo el académico Antonio Tovar, que ha iniciado un ciclo de conferencias sobre La Grecia antigua, en la Fundación Juan March. «Dignum est», añadió, «es quizá el libro en el que la poesía alcanza sus más altas cotas, una de las grandes obras de la poesía contemporánea en cualquier lengua».Para Tovar, Elytis, lo mismo que otro premio Nobel griego anterior, Seferis, representan un momento cumbre en la poesía griega, cuando se había resuelto el problema del idioma elegir entre el griego clásico y el popular, lo que se, resolvió mediante una lengua unitaria, basada en la popular, pero con elementos cultos. El inconveniente del griego moderno es el de las lenguas minoritarias, su limitada posibilidad de difusión.

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