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El plan económico francés da preferencia a las tecnologías de futuro

La investigación y todas las tecnologías del futuro figuran en la primera línea de las preferencias del VIII plan francés, que orienta el desarrollo para el quinquenio 1981-1985. No prevé una tasa fija de crecimiento y todo el plan tiende a asegurar un aumento regular del empleo.

El primer ministro, Raymond Barre, presentó ayer a la opinión pública el plan de desarrollo económico del país para el próximo quinquenio, y antes de finales de año probablemente será sometido a la aprobación del Parlamento.El proyecto ratifica todas las orientaciones de la economía francesa definidas por el presidente Valéry Giscard d'Estaing y por su primer ministro desde que, en 1976, este último accedió al puesto de responsable oficial máximo. Todo el plan está elaborado a partir de dos elementos esenciales. En primer lugar se valora el entorno internacional del que Francia es tributario por carecer de materias primas: el precio del barril de petróleo ha pasado de tres dólares en 1973 a 32 dólares en la actualidad. Consecuentemente, la factura petrolera anual francesa, que era de 51.000 millones de francos, asciende en 1980 a 110.000 millones de francos. Segundo elemento determinante en la elaboración del plan: el desarrollo científico y tecnológico, la independencia energética, el aumento demográfico, son coordenadas que el Gobierno francés considera primordiales para mantener el nivel interior e internacional de su país.

En primer lugar, para alcanzar esos objetivos, el Estado se compromete a aumentar sus inversiones y a facilitar la inversión de las empresas por medio de recortes fiscales sustanciales, como ya lo prevé el presupuesto de 1981, que despenaliza el impuesto de las empresas por un período de cinco años. De manera directa, el Estado anuncia en el plan que invertirá 100.000 millones de francos en los sectores siguientes: informática, telecomunicaciones, espacio, microelectrónica, aeronáutica, biotecnología e industrias marítimas..

A lo largo de los próximos cinco años, los objetivos enunciados los desarrollará el plan a través de doce programas de acción preferentes. En primer lugar se cita la investigación como el sector que «debe ser elevado al nivel del de los países más adelantados del mundo». Segundo, reducir al máximo la dependencia del exterior, de la energía y demás materias primas. Tercero, favorecer el desarrollo de las familias numerosas. Y a continuación, revalorizar el potencial agrícola, desarrollar las industrias competitivas con técnicas futuristas, protección social, administrar económicamente el patrimonio natural, restauración urbanística, favorecer las regiones aisladas y las menos favorecidas por el crecimiento económico de las últimas décadas y, por fin, acentuar la presencia de Francia en el mundo.

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