El "holding" vasco de electrodomésticos podría mantener los niveles de empleo

Las empresas Fabrelec, Otsein y Sagarduy, localizadas todas ellas en el País Vasco, dedicadas a la fabricación de electrodomésticos, podrían formar un holding o llegar a alguna otra fórmula de colaboración, caso de resultar favorable el informe sobre la viabilidad de un plan de este tipo encargado a una empresa de consulting. Con una plantilla total de casi 4.000 trabajadores y un volumen de facturación que en 1978 superó (para el conjunto de las tres empresas) los 15.000 millones de pesetas, la operación sería una de las más importantes emprendidas en el sector, uno de los más afectados por la actual recesión de la demanda de bienes duraderos.

Esta disminución de la demanda, que algunas fuentes estiman superior al 25 % para las ramas de electrodomésticos de «línea blanca», obligó ya a plantear un proceso similar -todavía en fase de estudio previo- a un grupo de seis empresas localizadas en Cataluña, entre las que figuran Kelvinator, Corberó y Bru, entre otras. El estudio ahora encargado tiene por objeto «fijar el nivel óptimo de colaboración necesario para mantener la presencia actual en el mercado de los productos fabricados por las tres empresas», según la explicación ofrecida ayer por sus directivos.La complementariedad de los productos elaborados en cada una de ellas (frigoríficos, lavadoras y cocinas, respectivamente) es el factor que, en principio, parece apoyar con más fuerza la viabilidad del proyecto. El estudio posibilitarla, paralelamente, la definición de una estrategia capaz de abordar el reto de la integración en el Marcado Común. En el nivel actual de competitividad, dicha integración podría suponer, según cálculos, una disminución adicional de la demanda interna de electrodomésticos nacionales de, al menos, un 30%. Esta circunstancia preocupa de manera muy particular en el País Vasco, donde está concentrado aproximadamente el 40% de la producción total de electrodomésticos «blancos».

Respecto a la incidencia del posible acuerdo a nivel de empleo de las empresas, los directivos señalaron, por una parte, que, «caso de producirse reducciones de plantilla, su alcance sería menor que si las tres empresas siguieran una vía independiente, como hasta hoy», y, por otra, que, «al tratarse de producciones complementarias, cualquier posible uníficación incidiría más bien, en todo caso, en los sectores administrativos que en los de producción directa».

Otsein ha sido la última de las tres empresas en sumarse al proyecto. Especializada en la fabricación de lavadoras automáticas, emplea a 930 trabajadores, y facturó en el último ejercicio más de 4.000 millones de pesetas, de los cuales casi 500 correspondieron a ventas al extranjero. Su representante fue el más prudente a la hora de precisar el alcance del acuerdo, insistiendo en que, por el momento, se trata sólo de «realizar un estudio de viabilidad, sin que se puedan adelantar resultados».

Sagarduy, localizada en Orduña (Vizcaya), se encuentra actualmente en suspensión de pagos, aunque, tras la concesión (el pasado 30 de julio) de un crédito oficial -condicionado a un plan de viabilidad que excluía la reducción de la plantilla en más de doscientos trabajadores-, parece que su situación quedará regularizada antes de fin de año. Actualmente ocupa a 457 operarios, y en 1978 facturó por importe de 2.900 millones de pesetas.

Fabrelec-Edesa, con 2.600 trabajadores, es la mayor del grupo. Especializada actualmente en la fabricación de frigoríficos -tras haber cubierto en el pasado una amplia gama-, la mayoría de sus acciones- estuvo hasta fecha muy reciente en manos de Westinghouse, que, a su vez, las adquirió hace siete años a Iberduero. Aquella operación estuvo, a su vez, determinada por el compromiso de la empresa eléctrica española de adquirir a la multinacional americana los reactores a instalar en su día en la central nuclear de Lemóniz. La Westinghouse, cerrada aquella operación, pretende ahora desprenderse de su participación en Fabrelec.