Irak e Irán suspenden sus exportaciones de crudo a través del golfo Pérsico
Irak e Irán suspendieron ayer todas sus exportaciones petroleras a través de la región del golfo, retirando con ello de la circulación mundial alrededor de 2.700.000 barriles diarios, según estimaciones de la industria petrolera y de transporte de crudos. La brusca interrupción de la exportación petrolera de estos dos productores hace temer que en pocas semanas se evapore el excedente de dos millones y medio de barriles al día que ahora registra el mercado mundial. De producirse, sería inevitable una escalada de los precios del petróleo, según fuentes de las grandes compañías.
Los precios de todos los productos petrolíferos refinados experimentaron ayer serias alzas en el mercado libre de Rotterdam, donde ya se empieza a hablar de «pánico», provocado por el conflicto irano-iraquí y la consiguiente inseguridad de paso por el estrecho de Ormuz, según informa Soledad Gallego-Díaz desde Bruselas.El aumento más espectacular lo registró el gasóleo, que pasó de 290 a 300 dólares por tonelada. Expertos económicos estiman que si la situación del golfo Pérsico se mantiene durante dos o tres semanas, el precio de este producto y de sus derivados puede llegar a los cuatrocientos dólares la tonelada, siempre en el mercado libre. El gasóleo, empleado en las calefacciones y los motores Diesel, está subiendo por la fuerte presión que ejercen sobre el mercado compradores asustados, declaró un portavoz oficioso. El petróleo en bruto, que sufrió el pasado martes una subida espectacular, diecinueve dólares la tonelada, se ha estabilizado, y el precio de la gasolina ha experimentado un incremento más moderado: dos dólares la tonelada.
La Comunidad Económica Europea lanzó ayer llamamientos a la calma, aunque no oculta su propia inquietud. Según los datos facilitados por la comisión europea, los nueve tienen reservas de petróleo en bruto para garantizar el consumo durante 120 días. El principal problema no lo plantean los dos países directamente implicados en el conflicto -Irak e Irán-, sino el control y libre paso de los grandes petroleros europeos por el estrecho de Ormuz.
En 1979, los países miembros de la CEE importaron de Irak 62 millones de toneladas, el 12% de sus compras totales, mientras que las procedentes de Irán no superaron los 31 millones; es decir, el 6% del total importado.
El primer semestre de 1980 muestra una curva ascendente con respecto a Irak (se han comprado ya el 10% de las importaciones comunitarias totales), mientras que se ha reducido el porcentaje iraní.
Francia e Italia son los dos países más afectados por el corte de suministro iraquí: cerca del 20% de su aprovisionamiento total se hace en dicho país, pero se estima que Irak podría mantener sus exportaciones a través de la línea de oleoducto que comunica con el Mediterráneo oriental.
Más peligroso resultaría para la Comunidad Económica Europea el cierre del estrecho de Ormuz: el 58% de sus compras de petróleo bruto pasó en 1979 por ese punto del golfo Pérsico.
Conscientes de este peligro, cada día más evidente, el comisario europeo para la Energía, Guido Brunner, propuso ayer la convocatoria de una convención internacional encaminada a lograr una garantía de seguridad en todas las grandes vías de transporte de petróleo.
Decisión peligrosa
El nuevo embajador de Irán en Roma declaró ayer en la capital italiana que su país se vería obligado a «tomar una decisíón» con respecto al estrecho de Ormuz si continuaba «la agresión iraní», informó la agencia France Presse.El embajador, que no precisó cuál podría ser la «decisión», afirmó, no obstante, que sólo se llevaría a cabo «en última ínstancia» y que sería «muy peligrosa para el resto del mundo».
Ayer, el tráfico se desarrollaba con normalidad a través del estrecho, y los cargamentos de petróleo se realizaban, como de costumbre, en toda la zona del golfo Pérsico, incluido Kuwait, país muy próximo a la zona litigiosa de Chat. el Arab.
Según fuentes de la organización londinense de seguros Lloyds, unidades de la escuadra iraní navegan por sus aguas territoriales y exigen a los capitanes de los buques que indiquen el puerto a que se dirigen, informó la agencia . Las aguas y las costas de Irán que bordean por el Este el golfo Pérsico han sido declaradas zona de guerra, y las autoridades de Teherán no autorizan el paso de los navíos que vayan a puertos iraquíes.
Las crecientes dificultades con que se encuentran los buques a la hora de aproximarse a las refinerías de los dos países en guerra podrían llevar a Irán e Irak a suspender definitivamente sus ventas de petróleo, según se estimaba en medios del Departamento de Estado norteamericano.
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