La policía paraguaya acusa a un grupo argentino de la muerte de Somoza

La policía paraguaya acusa a dos presuntos miembros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), organización guerrillera argentina, de haber participado en el asesinato del general Anastasio Somoza. Las fotografías de Silvia Mercedes Hedgers y Hugo Alfredo Irurzun, ambos de nacionalidad argentina, han sido difundidas reiteradamente por la televisión, mientras se ofrecían cinco millones de guaraníes (tres millones de pesetas) a quienes facilitasen pistas que condujesen a su detención.

Rigurosos controles policiales han sido instalados en el centro de Asunción, aunque no se tienen noticias de que hayan tenido hasta ahora ninguna efectividad. Ayer por la mañana se supo que cuatro argentinos que habían intentado cruzar ilegalmente la frontera paraguayo-argentina fueron detenidos. Según la versión policial, trataron de sobornar a los agentes aduaneros con el pago de 150 dólares (más de 10.000 pesetas), pero al no lograrlo decidieron regresar a la capital, donde se produjo su arresto. No parece, sin embargo, que puedan estar directamente implicados en el atentado.El ministro del Interior decidió ayer restablecer el tráfico aéreo en el aeropuerto de la capital y abrir nuevamente la frontera con Argentina, aunque se mantienen rigurosas medidas de control sobre todos los viajeros. Decenas de periodistas que trataban de viajar a Asunción desde Buenos Aires el mismo día del atentado tuvieron que desistir por el cierre del aeropuerto de la capital paraguaya.

A pesar de que la policía local insiste en atribuir el atentado a alguna organización argentina, toda la Prensa de Buenos Aires se pregunta quién mató a Anastasio Somoza. Todos aceptan que el método empleado hace pensar en un crimen político, descartando así posibles ajustes de cuentas por cuestiones financieras o amorosas. Pero nadie ve claro que un grupo argentino haya llevado a cabo por sí solo el ataque contra Somoza.

En todo caso, parece seguro que en la operación participaron un mínimo de diez personas, lo que permitió seguir la ruta del coche de Somoza por medio de radiotransmisores desde que salió de la casa y organizar el dispositivo de fuga. El examen pericial del vehículo ha determinado que la granada explotó en el asiento delantero. El cuerpo, totalmente mutilado, de Somoza presentaba veintiocho impactos de bala. Cerca de una hora tardaron los cirujanos del Policlínico policial en extraer los restos del coche.

El féretro del ex dictador nicaragüense fue velado ayer en su domicilio, y para última hora de la tarde estaba programado su traslado a Estados Unidos.