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Debate de la cuestión de confianza

Los pactos UCD-nacionalistas son inestables, según los Socialistas de Cataluña

La intervención del portavoz de Socialistas de Cataluña, Ernest Lluch, dio lugar a una polémica en la que intervinieron distintos grupos de la Cámara. Una alusión de Lluch a que el banco azul está integrado por falangistas y hombres procedentes de la Banca, fue replicada por Martín Villa con una insinuación sobre los «muchos intereses bancarios» de algún dirigente socialista. A su vez, la calificación de impías aplicada por Lluch a las alianzas de UCD con las minorías nacionalistas, fue contestada por Miguel Roca con la recomendación de que el PSOE no diga «de este agua no beberá». En el curso de la polémica, el vicepresidente segundo del Gobierno aclaró que el Gabinete no se propone promulgar decretos de limitación salarial. El representante de los socialistas de Cataluña, Ernest Lluch, criticó duramente el programa económico del Gobierno, al que calificó de inconcreto, y estimó que los pactos por los que algunos grupos apoyarán la confianza son inestables. Asimismo incitó repetidamente al presidente Suárez para que subiese a la tribuna a hacerse con la responsabilidad del debate. Entre otras cosas, dijo: «Las razones para la pasada crisis del Gobierno son tres: que el 28 de febrero los andaluces escogieron la vía del artículo 151, la mala situación económica y autonómica, y el resultado del voto de cen sura presentado por los socialistas. Ahora, UCD tendrá los votos de la Minoría Catalana, pero realmentelos ha tenido siempre que los ha necesitado. No hay nada nuevo. Por otra parte da la impresión de que el pacto de ayer con el grupo andalucista estaba muy preparado, ya que las respuestas de Martín Villa estaban incluso escritas. Ese acuerdo sólo abre una pequeña puerta para Andalucía. En suma: todas estas alianzas impías no dan sino un apoyo inestable y puede que den votos suficientes para la confianza, pero no para votar leyes orgánicas!».

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«Además de un programa sería preciso que el responsable del Gobierno cargue con la tarea de explicarlo, bregue y conteste a todo como en otros países hacen Giscard o Schmidt, o hizo aquí otra persona hace meses. En cambio, Suárez no ha contestado. Además no se sabe qué es lo que se pacta respecto a Cataluña, y esto es grave porque se da lugar a todo tipo de rumores. Y aquí hay también acuerdos financieros que nada tienen que ver con lo que hacemos. Por otra parte, en el programa no hay ningún número, ni el ministro de Economía aclaró ayer mucho, aunque debe ser Suárez quien aclare, ya que en todas partes se comenta que no coge el timón. Nosotros ya pedimos que se aumentase la inversión pública, y ahora se dice que se va a hacer, pero en 1978 bajó un 14% y en 1979 el 4%. Será muy difícil reactivarla ahora y no se sabe de donde saldrá el dinero, ni se aclara en qué medida se va a recurrir al Banco de España y en qué medida se van a aumentar los impuestos».

«Tampoco hay una estimación sobre el paro. Lo único que se puede prever es que habrá despidos en masa cuando se reestructuren los sectores en crisis. No se dice cómo se van a relanzar los sectores dinámicos ni hay previsión alguna sobre la inflación. De los salarios se va a descontar no sólo el coste del petróleo al importarlo, sino también lo que se va a Hacienda del precio de los combustibles, además de los aumentos en los impuestos indirectos. Con esto último se cobrará el doble: en los mismos impuestos y descontándolo de los sueldos. Esto es una política de derecha dura».

«Naturalmente, donde hay liberalizaciones es en el sector financiero, es decir, en los coeficientes de inversión obligatoria, lo que sólo puede dar más beneficios a la banca y cajas de ahorro, precisamente los sectores que no están en crisis. Y, finalmente, ni siquiera tienen un hombre duro, un Margaret Tatcher, para Revar adelante este programa».

«Aquí no vamos a votar sólo todo esto, sino también la entrada en la OTAN y la prórroga de la ley antiterrorista. Me temo que no va a servir de nada, y en primavera estaremos de nuevo debatiendo aquí, porque no va a dar resultado. Se dice que el Gobierno es el banco azul. Yo me lo explico así: "Unos vienen del banco y otros vienen del azul».

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No habrá decretos restrictivos

El vicepresidente económico del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, contestó al diputado Lluch que el Gobierno no tiene intención de fijar los salarios por decreto, puesto que el respeto a la libertad de negociación está en la ley y en el sistema de relaciones laborales al que se quiere llegar. «Sólo hay un propósito de diálogo, adelantándonos a la creación del Consejo Económico Social, donde se resolverán estas cuestiones. El Gobierno facilitará todo tipo de información a las partes, para que éstas negocien en libertad, pero también en responsabilidad».

El ministro de Economía y Comercio, Juan Antonio García Díez, añadió que si la inversión bajó en 1979 fue porque hasta mitad de año no hubo presupuestos. «En los de 1981, que veremos pronto, está la previsión de que crezca en un 30%, lo máximo que puede soportar la economía. Queremos luchar contra la inflación, de modo que no crezca en exceso la masa de dinero, pero que haya crédito suficiente para el sector privado. Para financiar el déficit aumentará la presión fiscal y se recurrirá al Banco de España».

«Movilizaremos la inversión privada y llevaremos adelante el plan energético, porque la crisis de la energía de 1979-1980 puede ser un juego de niños comparado con lo que nos espera mediada la década presente. Liberalizar la economía pretende que la financiación no circule por canales esclerotizados».

«La gravedad de la crisis es tal que la factura del petróleo equivale al salario anual de 800.000 españoles, y a pesar de esto no se han dejado de hacer cosas: hospitales, puestos escolares, pensiones, etcétera. Hay que decir esto, que si somos capaces de afrontar la situación podremos vivir no peor, que tal como están las cosas ya es bastante».

«Cuando usted, señor Lluch, habla de nuevos debates, tal vez es que quiere que se repita una situación que dé sensación de inestabilidad. En cambio el pueblo quiere un Gobierno capaz de hacer su programa, aunque sea impopular, y una oposición responsable y no demagógica». ,

Lluch replicó que la creación del Consejo Económico Social es un compromiso aprobado, por lo que no hay nada nuevo. Añadió respecto a los salarios que «señalar criterios es algo más que una recomendación, porque de otro modo habrían dicho indicar. No hay libertad de las partes, sino libertad vigilada. En cuanto a la inflación, no hay previsiones ni control financiero ni se dice en cuánto se recurre al Banco de España y en cuánto a los impuestos. No se saca nada en claro».

«Al hablar de nuevos debates me refiero a que me temo que tenga que haberlos porque las cosas sigan mal y el presidente del Gobierno no coja el timón».

Calvo Sotelo insistió en que «la interpretación auténtica de la declaración del Gobierno sobre salarios es lo que he dicho. Señalar quiere decir hacer ver, mostrar, llamar la atención».

Intereses bancarios del Gobierno y la oposición

También el ministro de Administración Territorial, Rodolfo Martín Villa, replicó a algunos puntos del debate. A las alusiones de Ernest Lluch sobre el carácter azul de los antecedentes políticos de algunos miembros del Gobierno afirmó que «también algunos compañeros suyos (de Lluch) me acompañaron en las responsabilidades en el régimen anterior. En cuanto a lo de banco y lo de azul, mis únicas 165 acciones en un banco tendrían que compararse con los muchos intereses bancarios de algún conocido y por mí admirado dirigente socialista catalán». Ernest Lluch contestó: «Bien, yo no tengo acciones».

Miguel Angel Arredonda, del grupo andalucista, intervino a su vez para afirmar que «al aprobar el artículo 151, el pueblo andaluz votó tener las mismas competencias que vascos y catalanes, y eso es lo que consigue el pacto expresado ayer, que por supuesto existía».

Finalmente, Miguel Roca, de la Minoría Catalana, respondió a las afirmaciones sobre el apoyo de m grupo a UCD, que en todas las votaciones del Congreso se han pronunciado con los socialistas un 73,59% de veces, y sólo lo han hecho un 6,16% más que ellos a favor de UCD. «Vaya, nos acusamos, lo lamentamos terriblemente. En cuanto a lo de las alianzas impías, sólo le digo que no diga de esta agua no beberé».

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