El presidente Pinochet afirma que los exiliados políticos no podrán regresar a Chile
Los exiliados chilenos no podrán regresar a su país. Así lo manifestó el presidente de la Junta Militar, general Augusto Pinochet, al día siguiente de aprobarse en plebiscito la nueva Constitución, que, de acuerdo a los cómputos oficiales definitivos, ha sido apoyada por el 67% de los votantes y rechazada por el 30%. Según el censo facilitado por el Instituto de Estadística, la abstención habría quedado ligeramente por debajo del 10%.
Toda la Prensa chilena destaca el anuncio del general Pinochet de crear un «movimiento cívico-militar» que sirva de apoyo al régimen. Consultado sobre el sentido que va a tener esta iniciativa gubernamental, dijo: «Es una cosa que tiene que desarrollarse lentamente, con colaboración de todos, para que todos vayan participando en este movimiento nacional, para que todo el país se mueva».Admitió que no podrá ser algo espontáneo, ya que «es muy difícil que la gente se vaya a inscribir a las municipalidades. Por eso, primero hay que trabajarlo para que participe esa gente que va a ir formando este gran movimiento». No quiso dar más detalles sobre la forma en que se va a articular esta iniciativa, aunque aclaró que será «un movimiento de trabajo y no político».
En conversación con los periodistas extranjeros que han venido a Chile como invitados especiales, el presidente de la República pidió a Estados Unidos que le dejen trabajar tranquilo, «porque así servimos a EEUU más de lo que ellos se imaginan, ya que no les ha costado un dólar, una bala ni una vida sacar a los comunistas de Chile». También manifestó que en América Latina los únicos Gobiernos capaces de enfrentarse al marxismo «son los Gobiernos cívico-militares o Gobiernos autoritarios».
Reiteró que dentro de nueve años ya no estará en el Gobierno, porque una persona de más de setenta años no rinde lo suficiente en un puesto de esta naturaleza.
Mientras los estamentos oficiales y sus seguidores continúan festejando el triunfo, parece como si la oposición hubiera desaparecido de pronto. Pese a todas las irregularidades denunciadas en las votaciones y en los escrutinios, pese a que la campaña sólo pudo desarrollarse en una dirección, el descalabro del «no» ha sido tan aparatoso que empieza ya a considerarse un error haber acudido a las urnas.
La alternativa de Gobierno cívico-militar planteada desde la Democracia Cristiana y asumida por la antigua Unidad Popular, con más o menos matizaciones, se contempla ahora mismo como una posibilidad demasiado remota. Los opositores aceptan que hay Gobierno militar para rato y que será preciso replantearse toda su estrategia. En la Democracia Cristiana ya hay quien piensa que fue un error lanzar a Frei como símbolo del «no», ya que el ex presidente reúne demasiados odios de izquierda y derecha.
Por otra parte, la Unidad Popular se encuentra fraccionada, sin líderes en el interior y diezmada por una persecución que la ha descabezado repetidamente en estos siete últimos años.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.