La RFA espera que la CEE eleve las aportaciones alemanas a la Comunidad

El Gobierno de la República Federal de Alemania cuenta con que las Comunidades Europeas pedirán a este país, a mediados del próximo año, una aportación mayor destinada a subvenciones, aportación que deberá provenir de un alza en el impuesto al valor añadido; pero Bonn mantendrá una postura de resistencia.Según ha declarado el ministro de Finanzas, Hans Matthoefer, «en el extranjero perdura la falsa impresión de que somos el tío rico que puede regalar aquí o allí un par de miles de millones de marcos».

El ministro ha criticado también severamente el que el 70% del presupuesto comunitario sea destinado al sector agrario. Estas declaraciones de Matthoefer, en las que no se ha referido directamente a las consecuencias económicas de la ampliación comunitaria mediante la incorporación de Grecia, Portugal y España, se han producido en plena campaña electoral y paralelamente a dos informes económicos de gran valor sintomático para la RFA.

El Instituto de Investigación Económica (IFO) ha sondeado las perspectivas a corto plazo que barajan en estos momentos quinientas grandes empresas alemanas con vistas a lo que resta de año y para 1981. Los quinientos grandes de la RFA cuentan con menores ganancias y menos producción que en 1979, pero también con una relativa estabilización de los precios, y ello a pesar de que la coyuntura ha sido más benéfica en el primer trimestre de este año de lo que se esperaba. El crecimiento económico real previsto para 1980 será de solamente un 2%, frente al incremento del 5% correspondiente a 1979.

La demanda de bienes de inversión, según IFO, parece haber alcanzado su punto más alto. Los motivos fundamentales que han incidido y van a incidir en esta situación son la relativa crisis del sector automóvil y el impacto causado en las economías domésticas por el incesante aumento del precio del combustible.

Los productores de bienes de consumo cuentan ya con una diferencia de un 6% o 7% de ganancias por debajo de los correspondientes índices de los demás sectores industriales. Sin embargo, el dato más alarmante de este informe, desde el punto de vista político, es el de una congelación de las inversiones.

Otra perspectiva diferente

Mientras las operaciones inversoras alcanzarán este año un incremento del 17%, en 1981 este incremento será tan sólo de un 5%, lo que empeora el actual mercado de trabajo. Según el estudio que citamos, «se trata tan sólo de una pausa de respiro». Otro instituto, el de Investigaciones Económicas (DIW) de Berlín Occidental, emitió ayer un juicio sobre este freno de la actividad inversora por parte de la industria alemana. Partiendo de la oposición a un alza en el endeudamiento público orientado a crear puestos de trabajo, en sustitución de la iniciativa empresarial, que no se produce, el DIW establece que «bajo las perspectivas del mercado de trabajo y de la paz social son desfavorables». El citado instituto considera peligrosa una política financiera cuyo objetivo primordial fuese el de estabilizar el presupuesto mediante el recorte de las aportaciones estatales. Las demandas del CDU en este sentido « no son más que proclamas electorales». Para el DIW, las reducciones impositivas anunciadas por el Gobierno con vistas al próximo año, que totalizarán 5.000 millones de marcos, apenas tendrán una incidencia significativa en la economía general.

Este panorama global refuerza la impresión de que la RFA no está dispuesta a vincularse financieramente el próximo año con una ampliación comunitaria, debido a que, según el ministro Matthoefer, «es necesario recurrir a todas las economías posibles con el fin de financiar el descenso de los impuestos, la elevación de los subsidios familiares prometida y el aumento de las pagas de Navidad. Nuestros amigos extranjeros deben al fin comprender», ha añadido el ministro en declaraciones al semanario Quick, «que el dinero que transferimos a Europa procede de aportaciones impositivas ganadas duramente».