La Academia Española de la Lengua contará con diez miembros más
El Boletín Oficial del Estado ha publicado un real decreto del Ministerio de Universidades e Investigación por el que se amplían a 46 los académicos de número de la Real Academia Española de la Lengua, fijados hasta ahora en 36, con el fin de incorporar a personalidades que respondan a las nuevas facetas del idioma. El real decreto dispone que los nuevos miembros se irán incorporando a razón de dos por año, con independencia de aquellas otras vacantes que se produzcan.
El aumento del número de académicos se justifica en el preámbulo del real decreto por «la extraordinaria vitalidad alcanzada por la América hispanohablante», que «ha enriquecido y complicado de manera abrumadora el importantísimo papel que la academia desempeña en torno a la vida del idioma», y que aumenta «con la existencia de nuevos lenguajes, nacidos del enorme desarrollo de técnicas y ciencias desconocidas en el pasado».Con esta modificación, la Academia Española de la Lengua, queda constituida por los 46 académicos de número, más un máximo de sesenta académicos correspondientes españoles residentes fuera de Madrid, los académicos correspondientes extranjeros y los honorarios.
Sustituir a los de número
Además, podrá contar con otros académicos, hasta un máximo de doce, para sustituir a los de número, cuando éstos lleven más de dos años consecutivos sin asistir a un mínimo de nueve sesiones anuales.Según el secretario de la citada Real Academia, Alonso Zamora Vicente, esta decisión recién aparecida ya se había planteado con anterioridad en las reuniones de los académicos. Y, con respecto a la progresiva entrada en la Academia de nuevos miembros cuya actividad profesional no sea exclusivamente literaria, de la misma forma que el cineasta René Clair está integrado en la Academia Francesa de la Lengua, en opinión del académico Pedro Laín Entralgo, sí tendrán cabida músicos, artistas o cualquier persona que se dedique a una disciplina científica o técnica, siempre y cuando desarrollen una labor importante de contribución al desarrollo y enriquecimiento de la lengua española. Y esa apertura hacia nuevos miembros -admite Laín- contribuirá efectivamente a la dinamización emprendida por la Real Academia.
La Real Academia de la Lengua, la más antigua de las academias oficiales españolas, está dirigida actualmente y desde 1968 por Dámaso Alonso. Consta de 36 académicos de número, un máximo de sesenta académicos correspondientes españoles con domicilio fuera de Madrid, académicos correspondientes extranjeros y académicos honorarios. También en virtud de los estatutos tiene un secretario, un censor, un bibliotecario y un tesorero.
En julio de 1977 se modifican, en virtud de un real decreto, un total de ocho artículos de los estatutos, modificaciones que pretenden «subrayar la relación con las academias hispanoamericanas de la lengua y la de Filipinas». Asimismo, «se continuará y revisará la publicación del diccionario histórico de la lengua española». En la actualidad, la Real Academia trabaja en un amplísimo diccionario de voces de España y una veintena de países, en una gramática castellana normativa y un diccionario histórico.
Dificultades económicas
A pesar de la reciente asignación de seis millones de pesetas concedida por el Ministerio de Cultura para potenciar la acción de dicha institución, la Real Academia pasa por grandes dificultades económicas. Los académicos no reciben sueldo alguno, sólo dietas cuando asisten a las sesiones. Ciertos cargos tienen «sueldos simbólicos».Los últimos cinco miembros elegidos han sido: Carmen Conde, primera mujer en la historia de la Academia, Manuel Díez Alegría, Emilio Lorenzo, Carlos Bousoño y Manuel Seco.
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