Homenaje en Oviedo a Ramón Pérez de Ayala
Ramón visto por el peque fue el título de la conferencia pronunciada en la tarde del martes, en Oviedo, por Eduardo Pérez de Ayala, con motivo del descubrimiento de una placa en el lugar exacto donde nació, hace cien años y un mes, su padre, el escritor asturiano Ramón Pérez de Ayala. La placa fue colocada en la calle de Campomanes, de Oviedo, a la altura del número 14, dentro de los actos conmemorativos del centenario del escritor.
Estuvieron presentes en el acto el hijo y una nieta de Pérez de Ayala, los expertos en la obra ayalina Andrés Amorós y Manuel Fernández Avello; el alcalde en funciones de Oviedo y el presidente del Instituto de Estudios Asturianos (Idea), entidad organizadora de la colocación de la placa conmemorativa. Jesús Evaristo Casariego, director del Idea, destacó el papel de la placa que viene a fijar científicamente el lugar exacto del natalicio del ilustre escritor y a despejar las dudas existentes al respecto. Manuel Fernández Avello, cronista oficial de la ciudad, dijo que Oviedo fue, con Asturias y España, el gran amor de la vida del escritor, un amor acrecentado por la distancia, la nostalgia y el recuerdo. «Del mismo modo», agregó, « que el de su maestro Clarin». Pérez de Ayala, liberal, republicano, estilista y esteticista, fue escritor de poemas, cuentos, novelas, ensayos y artículos periodísticos, fue uno de los grandes asturianos de este siglo. Eduardo Pérez de Ayala dio de su padre una visión de hijo durante la conferencia. «En realidad», manifestó a los periodistas, «yo no soy escritor ni he heredado nada en este sentido de mi padre. Yo le veía como una bellísima persona: era un hombre muy humano, muy tierno, muy cariñoso, a pesar de que se le suele presentar como un hombre seco; lo que ocurre es que todos los asturianos lo somos. Pero era muy cariñoso con toda su familia y con sus amigos. De Asturias hablaba siempre».
