El futuro de Polonia
( ... ) Los contestatarios de 1980 han comprendido la lección. Les importa poco que otro jefe comunista sustituya a Gierek. El primer secretario actual no es, por otra parte, el más malo de los dirigentes que pueden aspirar a esta función. No han reclamado el poder para sus representantes o para los comunistas de su preferencia. Han ejercido simplemente una parcela del poder y en unas semanas han cambiado la situación polaca.Naturalmente, puede interrogarse si la dirección del partido no va a buscar ansiosamente dar la vuelta a lo que se ha visto obligado a abandonar. Y, sobre todo, si Moscú permitirá a la experiencia triunfar. La acusación por parte de Pravda de este lunes, de elementos contrarrevolucionarios es muy inquietante. La mejor respuesta corresponde a los dirigentes polacos, deben continuar unidos, mantener su palabra, tener el coraje político de comenzar a aplicar realmente la única solución razonable o el caos, la sangre o las lágrimas.
2 de septiembre
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