En libertad algunos disidentes detenidos el miércoles
A últimas horas de la tarde de ayer fueron puestos en libertad al menos cinco de los diecinueve disidentes arrestados el pasado miércoles, dijo la portavoz del Comité de Autodefensa Obrera (KOR), Anka Kowalska, cuya comunicación telefónica con los periodistas occidentales fue interrumpida, no pudiendo dar el nombre de los mismos.Asimismo, la agencia oficial Interpress desmintió categóricamente que el primer secretario del Partido Comunista polaco (POUP), Edvard Gierek, hubiese viajado recientemente a Moscú, en un viaje relámpago, para mantener conversaciones de alto nivel.
El papa Juan Pablo II dedicó ayer una misa a Polonia en su residencia de Castelgandolfo, solicitando «la prudencia de los obreros» y la guía adecuada de los gobernantes para «preservar la paz y conseguir el bienestar del pueblo».
Antes de las negociaciones de Gdarisk se había decidido que el comité interempresas de Szcecin iniciase conversaciones con la delegación gubernamental. Esta decisión fue tomada en los astilleros Lenin.
Las conversaciones estuvieron dirigidas, por parte gubernamental, por el viceprimer ministro y meimbro suplente del buró político, Kazimier Barcikowski, reformista prudente, conocido por su actitud en 1970 de negociar directamente en las fábricas con los huelguistas de Poznan.
Entre las primeras reivindicaciones del comité de Szcecin estaba la puesta en libertad de los disidentes del KOR detenidos en Varsovia. Sin embargo, en la madrugada del jueves se conoció la detención de tres miembros más del KOR y uno de la Confederación por una Polonia Independiente, que dirige Mozcsulski.
Igualmente, el jueves se trasladó a Gdansk el primer ministro polaco, Edvard Babiuch, esperándose que se dirija a los obreros a través de la radio.
En esta ciudad la situación permanece bloqueada, en tanto Lech Walessa permanece a la cabeza del presidium del comité de huelga interempresas (MKS), y a quien las autoridades acusan de estrecha vinculación con los disidentes.
Este, que fue despedido al comíenzo de los paros y readmitido por presión de los obreros, se deelaró dispuesto a dimitir de su puesto, a lo que se opusieron sus compañeros alegando que de hacerlo así, el comité interempresas se escindiría.
Información en la Prensa
En tanto la Prensa oficial polaca informa de la,situación laboral en el Báltico e insiste en los graves perjuicios económicos que los paros están causando al país, la radio arremete contra los huelguistas, a quienes acusa de dejar infiltrar «elementos antisocialistas» que han creado una «situación extremadamente grave».
Por su parte, el flamente presidente de la comisión negociadora gubernamental, Mieszyslaw Jagielski, declaró ayer que está dispuesto a llegar, lo antes posible, a un acuerdo con los obreros en sus justas reivindicaciones laborales y sociales, pero se ratificó en la opinión oficial de que las peticiones políticas son inaceptables.
Un grupo de obreros polacos del astillero Lenin afirmaron ayer que en las negociaciones, que comiencen tarde o temprano, tendrán que «hacer concesiones» en muchos de los veintiún puntos iniciales de sus reivindicaciones.
El propio Lech Walessa declaró que frente a las acusaciones de que ellos están entorpeciendo las labores de importación y exportación en Gdansk, la culpa «la tienen las propias autoridades», dijo, «que tardan en abrir negociaciones con nosotros». Añadió que él, personalmente, intentó en repetidas ocasiones, y «por diversos canales», entrar en contacto con la comisión gubernamental sin resultado alguno.
Informaciones no oficiales aseguraron ayer que son ya 420 las empresas y factorías en huelga en la región del Báltico polaco. La comisión gubernamental, en la que están no menos de catorce ministros, emprendió ayer negociaciones con cuarenta empresas de manera individual.
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