Dimite el presidente de Corea del Sur
El presidente de Corea del Sur, Choi Kyu Hah, dimitió ayer de su cargo y fue reemplazado interinamente por el primer ministro, Park Chung Hun, al tiempo que todos los efectivos del Ejército surcoreano (unos 600.000 hombres) eran puestos en estado de alerta.Al dar a conocer su decisión al país, en un mensaje radiado y televisado, el presidente Choi, que llegó al poder en diciembre pasado, tras el asesinato del presidente Park Chung Hee, dijo que dimitía « por el bien del país», para que éste pueda «vivir con estabilidad, moralidad y prosperidad».
En medios políticos occidentales se interpretó la dimisión de Choi y su sustitución temporal por Park como la definitiva luz verde para que el general Chon Du Huan llegue dentro de unos meses a la presidencia de la República. El general Chon, de 49 años, es el verdadero «hombre fuerte » de Corea del Sur. Está al frente del consejo encargado de aplicar la ley marcial y fue quien dirigió, en mayo pasado, la represión de los graves disturbios de Kwangju.
El nuevo presidente surcoreano, según la Constitución vigente, debe ser elegido por la Conferencia Nacional para la Unificación, un colegio electoral formado por 2.583 miembros. El presidente interino, Park Chung Hun, ha anunciado su intención de acelerar al máximo el proceso electoral.
Los posibles sucesores del desaparecido presidente Park han ido desapareciendo, más o menos voluntariamente, de la escena política surcoreana, de tal modo que el general Chon Du Huan tiene el camino prácticamente expedito para cuando decida presentarse a la elección, cosa que los observadores políticos vaticinan ocurrirá en un plazo muy breve.
Inquietud norteamericana
En Washington, un portavoz del Departamento de Estado expresó ayer la «profunda inquietud» de la Administración Carter ante la dimisión del presidente Choi, al tiempo que señalaba que el Gobierno norteamericano está convencido de que la formación de un Gobierno civil es de «capital importancia para la estabilidad de la República surcoreana».La dimisión del jefe del Estado de Corea del Sur se produce en el momento en que se está celebrando un importante juicio político contra Kim Dae Jung, el líder más destacado de la oposición democrática, que podría ser condenado a la máxima pena. En los últimos meses, las autoridades de la ley marcial procedieron a una «purga» de funcionarios, políticos y periodistas. Diversos países occidentales, entre ellos Estados Unidos y la República Federal de Alemania, han manifestado su inquietud ante el proceso contra Kim y hecho llamadas para que el país adopte instituciones democráticas.
El ministro de Defensa, Chu Yung Bok, justificó la puesta en estado de alerta del Ejército por una serie de «movimientos no habituales» de la tropas de Corea del Norte y por la «probabilidad » de que el régimen de Pyongyang aumente sus «provocaciones» en este momento.
Por su parte, un portavoz del Pentágono precisó ayer en Washington que las fuerzas armadas norteamericanas estacionadas en Corea del Sur, cerca de 40.000 hombres, no habían sido puestas en estado de alerta.
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