_
_
_
_

Una investigadora israelí asegura haber descubierto en Córdoba una antigua universidad sefardí

Lucena, villa cordobesa de 30.000 habitantes, ha saltado a la actualidad a raíz del presunto descubrimiento, por la escritora israelí Ariela Deem, de una universidad sefardí del siglo XI, oculta bajo un establo. Los expertos españoles en la materia aún no se han pronunciado al respecto, por considerar las pruebas insuficientes. Pero el asunto puede que abra las investigaciones en torno a una localidad que fue centro de estudios talmúdicos, de fama internacional hace nueve siglos.Sólo veinticinco habitantes de Lucena, en Córdoba, conocen el secreto de la universidad de los sefardíes, del siglo XI, actualmente oculta debajo de un establo de la que antaño, amurallada, fue la ciudad de los judíos. Así lo reveló a Efe la escritora y poeta israelí Ariela Deem, empeñada desde hace cuatro años en interesar a alguien en rescatar esa reliquia del medievo ibérico, cuando Andalucía estaba bajo gobierno musulmán.

En esa academia religiosa (jeshiva), cuyo rector fue el rabino Isaac Alfasi, estudiaron Abraham Ibn Ezra y el mayor de los poetas hebreos de Sefarad (España), le huda Halevy, informó la escritora. Pero un descendiente de Abraham de Lucena, Harmón Henríquez Goldstone, desde Nueva York, ha prometido ayudarla en su campaña.

El descubrimiento de la universidad sefardí se produjo en las Navidades de 1976, por casualidad, y gracias a Manuel Ortiz Giménez, de quien la escritora guarda el mejor recuerdo.

Ariela Deem dijo que, al llegar a Lucena con su esposo, la palabra milagrosa fue judeos. Cuando la escuchó, el contratista de obras señor Ortiz Giménez les condujo a la casa del párroco Francisco López Mesa.

En la parroquia de Santiago, el padre Mesa López les despertó la curiosidad por los misterios de Lucena. En la capilla les mostró restos de una antigua sinagoga, allí donde, mirando a Jerusalén, estuvieron los rollos de la ley, un baño ritual hebrero (mikve) y una pila de cráneos y esqueletos de judíos de Lucena en el sótano.

Al salir de la capilla les aguardaba nuevamente don Manuel, quien les condujo a su casa, donde la escritora israelí contempló «un árbol fascinante, la mitad con limones y la otra con naranjas», y luego de departir con él y su familia, les condujo hacia el lugar del gran secreto, la universidad sefardí.

«En la casa de un vecino de Lucena, debajo de un establo donde comían unos borricos y las -aves de corral, don Manuel retiró una piedra, y al trasponer un boquete nos encontramos con una sala vacía y limpia, de unos siete metros cuadrados, la yeshiva de Alfasi y lehuda Halevy», informó Ariela Deem.

Reacciones en Córdoba

A propósito del presunto hallazgo de una universidad sefardí en Lucena (Córdoba), Juan Bernier, poeta y consejero de la Delegación de Cultura de Córdoba, opina que la verdadera sinagoga de Lucena era la comunidad hebrea encarnada en el poder político y económico de los notables, según informa Sebastián Cuevas; en igual sentido se pronunciaba ayer el historiador del arte y director de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Córdoba, Dionislo Ortiz Juárez, que califica estas noticias como «luminarias que cruzan el verano, entre las que hay mucho de camelo y, en este caso, una especie de ectoplasma del ensueño y la añoranza de un pueblo».Los judíos, al abandonar España en 1492, flevaron, con las viejas llaves de sus portones andaluces y toledanos, la semilla de un esplendor del que Lucena fue un foco importante. En la época de los taifas y, presumibiemente, ya en época Omeya, Lucena era una especie de metrópoli del judaísmo español y uno de los más activos centros del comercio judío a través del Mediterráneo oriental, por el puerto de Almería.

En la diáspora sefardí, por las juderías de Salónica y Jaiffa, y hoy en Jerusalén, junto a las viejas canciones en castellano arcaico y las llaves que guardaban en su hierro forjado el secreto de las viejas casas andaluzas abandonadas, esperando siempre el regreso y la reconquista, Lucena fue creciendo en la memoria, documentada su importancia por Idrisi, geógrafo del siglo XI.

Era la época en que los judíos españoles traducían la Botánica, de Dioscórides, y cuando su nombre logró fama como antiguo centro de estudios talmúdicos.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_