Puede no haber enseñanza de lengua valenciana el próximo curso

Es muy posible que en el próximo curso no haya clases de lengua valenciana en toda el área educativa del País Valenciano. Efectivamente, uno de los primeros temas planteados a la comisión mixta Estado-Consejo preautonómico ha sido el de la elaboración de un plan para el próximo curso, cosa que, a juicio de los representantes de la Administración del Estado, es inviable por falta de tiempo.

Aunque el decreto ley para la enseñanza del valenciano -más conocido como decreto de bilingüismo- establece la obligatoriedad de la enseñanza del valenciano a partir del curso 1980-1981, la tardanza en su aparición y la lentitud del consejo para nombrar la comisión mixta han llevado a que quedara definitivamente constituida después del 1 de agosto; es decir, a menos de dos meses del comienzo del curso académico.Ante esta disyuntiva, el representante del Partido Comunista del País Valenciano en la comisión, señor Roca, solicitó la prórroga del plan experimental actualmente vigente, pero su propuesta fue rechazada con el argumento, por parte de UCD, de que el plan «ha servido para cualquier cosa menos para la enseñanza del valenciano».

Detrás de esta aparente contradicción se esconde el complejo tema de la problemática lingüística del País Valenciano, a caballo entre las presiones de una derecha cerrilmente anticatalanista y las opiniones de filólogos e intelectuales, avaladas por la Real Academia de la Lengua Española, sobre la identidad lingüística del valenciano y del catalán.

Para determinados miembros de la comisión es preferible que no se impartan clases de valenciano a la posibilidad de que estas clases sean impartidas con arreglo a criterios «catalanistas», es decir, con arreglo a las normas ortográficas y gramaticales unificadas para toda la lengua catalana a partir del año 1931.

Con este criterio como base, y a la espera de los numerosos resquicios que el decreto para la enseñanza del valenciano permite, el sector más integrista de UCD y la extrema derecha esperan poder retrasar la aplicación efectiva del decreto y preparar, mientras tanto, un profesorado más adicto salido de los cursos especiales que permite el decreto, ya que la mayoría de los licenciados de la universidad son considerados como catalanistas.

La no aplicación del decreto libra también de complicaciones al Ministerio de Educación, uno de cuyos representantes impidió que en el seno de la comisión se hablara valenciano, por considerar que esta lengua no sería oficial hasta la aprobación del Estatuto de Autonomía.

Tanto el representante de la universidad, el decano de Filología, profesor Sanchís Guarner, como el representante del Partido Comunista, Ricardo Roca, han declarado que están dispuestos a abandonar la comisión en caso de que continúe el obstruccionismo por parte de los representantes de UCD y de la Administración.

La supresión del plan experimental afectaría, de momento, a alrededor de 20.000 niños y, en definitiva, supondría el abandono de cualquier tipo de normalización idiomática en el País Valenciano. La comisión mixta, por el contrarío, ha decidido, como tema prioritario de sus trabajos, el de delimitar claramente las áreas valencianohablantes y las castellanohablantes y, tanto los representantes de UCD como los de la Administración, han anunciado su intención de no atenerse a criterios históricos, sino a la realidad de las mayorías que actualmente habitan las distintas zonas, lo que supondría, en definitiva, un recorte sustancial en el área valencianohablante.