Los religiosos iraníes consiguen que un radical sea nombrado primer ministro

Mohamad Alí Radjai cuenta con grandes posibilidades de convertirse en el próximo primer ministro de la República Islámica de Irán, después de que ayer fuera presentado como candidato oficial por el presidente Banisadr. Entre tanto, las relaciones entre Irán y la URSS parecen haber llegado a un punto de ruptura, y no se descarta que el embajador iraní en Moscú sea llamado a Teberán.

La propuesta sobre el primer ministro realizada por el presidente de la República es el resultado de unas largas negociaciones con la comisión parlamentaria encargada, desde hace dos semanas, de poner fin a las diferencias entre Banisadr y el grupo de los integristas religiosos con respecto a la elección de un primer ministro.Esta comisión hizo saber que sus preferencias se inclinaban por Radjai. Además, el ayatollah Rafsanjani, presidente del Parlamento, anunció el viernes que los diputados, reunidos el jueves a puerta cerrada, ya habían aprobado el nombre de Radjai, con el voto favorable de 107 de los 155 asistentes.

La carta en que Banisadr presentaba a Radjai al presidente del Parlamento resumía las transacciones realizadas con la comisión: «Según la elección de la comisión para el nombramiento de un primer ministro, y los deseos del Parlamento, presento a Mohamad Alí Radjai como primer ministro».

En estas circunstancias, la votación definitiva que hoy deberá realizar el Parlamento aparece como una formalidad, a menos que un imprevisto de última hora vuelva a cuestionar todas las negociaciones.

Queda, sin embargo, por establecer la composición del Gobierno, lo que podría suscitar complicaciones en el último instante. Pero sobre este tema, la causa de los religiosos del Partido de la República Islámica (PRI) parece ganada: Radjai, diputado de Teherán por el PRI, ya hizo saber el jueves que se oponía a la formación de un Gabinete de coalición.

Por tanto, parece que, después de una crisis política que ha durado casi tres semanas, el presidente Banisadr ha tenido que plegarse a los deseos del imán Jomeini y de los religiosos radicales de colocar al frente del país «un Gobierno ciento por ciento islámico y revolucionario».

En París, mientras tanto, el ex primer ministro iraní, Shapur Bajtiar, anunció el viernes la creación de un «movimiento de resistencia nacional iraní». Bajtiar hizo un llamamiento a «todos los patriotas iraníes para que se sumen a este movimiento», cuyo objetivo es «salvar al país» de las pretensiones de un «puñado de religiosos ignorantes, iletrados, extraños a lo iraní, corrompidos y déspotas», que «han destrozado la cultura y la civilización iraníes».

Las difíciles relaciones con la URSS

La amenaza de Teherán de romper las relaciones diplomáticas con la Unión Soviética culmina una larga serie de ataques publicados en la prensa iraní contra la calificada por Jomeini como «gran potencia satánica».

Los puntos de desacuerdo esenciales entre ambos países son Irak, Afganistán y el Tudeh (partido comunista iraní). Según los iraníes, la ayuda militar soviética a Irak es utilizada por este país contra la revolución islámica. En cuanto a Afganistán, los iraníes dicen que allí se asiste a «una agresión» del Ejército soviético contra «los hermanos musulmanes». Por lo que respecta al Tudeh, lo que los iraníes desean es que la Unión Soviética ponga fin a las «provocaciones» del partido comunista. «La URSS», dijo un diputado de Teherán, «tiene la suerte de que estemos ocupados en luchar contra Estados Unidos».

Manifestaciones en Washington

En la capital federal de Estados Unidos, por otra parte, ayer se desarrolló, por segundo día consecutivo, una manifestación de protesta de estudiantes iraníes, con notable aumento de las fuerzas de las tres partes implicadas: iraníes, norteamericanos y policías.

Los gritos de los norteamericanos, que ahogaban los vivas a Jomeini de los iraníes, pedían la deportación de los estudiantes y ensalzaban a Estados Unidos. Al finalizar la manifestación, la policía detuvo a tres americanos por arrojar objetos a los manifestantes, y a cinco iraníes, uno de los cuales llevaba una pistola y otro un cuchillo.