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El escultor catalán Apel.les Fenosa presenta en París una panorámica de su obra

La exposición está abierta en el Museo Rodin

El Museo Rodin, de París, presenta, hasta finales del próximo mes de septiembre, una de las exposiciones más sustanciales de su historia; aunque de un cuarto de siglo a esta parte lo habla acogido en manifestaciones de carácter internacional, por primera vez el museo precitado ofrece una panorámica de la obra del escultor catalán Apel.les Fenosa. Las 105 obras seleccionadas resaltan la personalidad individualista de este creador que, sin embargo, ha convivido con los más inspirados artistas de su tiempo.

Fenosa nació en Barcelona en 1899, vivió durante una primera etapa de su vida en París (de 1921 a 1929), retornó a España y, definitivamente, en 1939, se instaló en Francia. Picasso, Cocteau, Paul Eluard, Colette, Max Jacob, Salvador Espriu, fueron, entre otros, amigos del escultor. Esta atmósfera de la belle époque debía sensibilizarle y viceversa. Pero a pesar de su inmersión en el universo vanguardista de aquella etapa, su obra primera es tradicional, como se observa ahora en la exposición con obras del corte de El guitarrista y el retrato de Pilar Supervielle.La conservadora del Museo Rodin, Monique Laurent, dice que «Por comodidad, se ha asimilado a Fenosa a la denominada "escuela de París" y, en cierta medida, sus amistades y su modo de vida lo aproximan a ella. Pero, en realidad, Fenosa forma parte de esa reunión de solitarios que es la colonia parisiense de los artistas españoles».

Toda la trayectoria de cincuenta años de creación continua, resumida ahora en esta exposición, evidencia, en efecto, que a Fenosa es imposible asimilarlo a una corriente artística definida. «Fenosa se distancia del conjunto de los escultores de nuestro tiempo. No pertenece a ninguna corriente mayoritaria o minoritaria. Como Hans Arp, como Giacometti, él, por sí mismo, constituye una corriente. Fenosa es un escultor único, es el escultor lírico por excelencia», escribió días pasados un crítico.

Tras las muestras de su primera época clásica, esta manifestación escenifica atinadamente todas las características de la obra original e individual del creador: los pequeños bronces encendidos de libertad y de espontaneidad.

Las series de las Metamorfosis, en las que Fenosa recrea la lógica del orden natural al suprimir las barreras que definen los reinos y las especies: en estas esculturas, integra la forma humana en el mundo vegetal y en el animal. En la panorámica figura también la obra símbolo de la dimensión monumental de la creación del catalán: Oradour, escultura inspirada en la matanza nazi, en 1944, en el pueblo francés del mismo nombre. Y, por fin, los retratos de sus amigos, escritores y pintores, como los de Cocteau, Michaux, Eluard, Colette, explican por qué Cocteau, al contemplar el suyo, escribió: «¿Soy un fantasma de este busto o, este busto, es un fantasma mío?».

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