El presidente peruano decreta una anmistía militar y reinstaura la libertad de prensa
El presidente constitucional de Perú, Fernando Belaúnde Terry, ha iniciado el ejercicio del poder que asumió en la tarde del lunes con tres acciones de suma importancia: la declaración de una amnistía general, la instauración de la libertad de prensa y la supresión de los diarios estatales, devolviéndolos a sus antiguos propietarios y presidiendo en la mañana de ayer un espectacular desfile militar. Belaúnde, que ha sido aclamado por las calles de la capital peruana, presidió en la pasada noche una reunión del Pacto Andino, en la que se debatió la crisis de Bolivia, y en la que Adolfo Suárez ocupó el puesto de observador permanente, que España ostenta en la organizaciónCon un protocolo pomposo y exagerado, propio de estas latitudes se han iniciado y concluido los actos de la restauración de la democracia en Perú. De ellos, dos fueron los acontecimientos clave que van a marcar el nuevo período constitucional abierto en este país americano: la ceremonia del Parlamento y el desfile militar. En el Congreso, Belaúnde asumió el poder, en ausencia de los militares que lo ostentaban, que horas antes habían abandonado la casa de Gobierno al grito de «Viva el Perú», que pronunció el presidente saliente general Morales Bermúdez, al atravesar a pie la verja del palacio en el que ha permanecido cinco años, después de sustituir al también general Velasco Alvarado. Después de la toma de posesión, el Congreso y el Senado tomaron dos iniciativas urgentes y de amplio talante democrático: una amnistía política y administrativa para todos y la instauración de la libertad de prensa, con la automática devolución, a sus antiguos propietarios, de los diarios que fueron incautados por los militares, y articulados en una especie de cadena de medios de comunicación del Estado, similar a la que aún perdura en España, a pesar del caminar de nuestra democracia.
El segundo acto importante lo ha constituido un fastuoso desfile militar celebrado en la avenida del Brasil y con la presencia de las 83 delegaciones extranjeras que han asistido a estas «fiestas patrias» peruanas. En el desfile, los observadores han podido admirar un Ejército serio y disciplinado, bien dotado de medios de combate, y han podido comprobar en qué han gastado, en los últimos años, los militares una importante parte de su presupuesto estatal. El desfile era, sobre todo, un gesto político del nuevo presidente Belaúnde, que pone en evidencia su respeto a las fuerzas armadas, y la sumisión del poder militar al poder civil, a tan sólo veinticuatro horas de su toma de posesión.
Desde la óptica española, los acontecimientos de Perú tienen una gran importancia, por lo que significa de acercamiento de la nación peruana al grupo de países democráticos. De ahí la presencia de Suárez, que ha querido marcar el interés de España por los procesos americanos hacia la democracia, a la vez de reforzar la penetración hispana en el seno del Pacto Andino, que ayer celebró una importante reunión, con la ausencia de Bolivia y con la presencia de los presidentes de Perú, Venezuela, Colombia y España, estando Ecuador representado a nivel inferior.
El objetivo de este encuentro ha sido la preparación de la próxima cumbre del Pacto, prevista para septiembre, y la apertura de una discusión sobre la situación boliviana que enturbia, una vez más, la cohesión del Pacto y que acaece en un momento en el que Perú inicia su caminar democrático. La mayoría de los asistentes al acto se han mostrado favorables a mantener a Bolivia entre los países fundadores del mismo, aunque han declarado su preocupación por el golpe militar en términos duros, pero no excluyentes, como hubiera deseado algún país, como Ecuador. El tema que se plantea ahora es el de coordinar toda acción diplomática que permita el reconocimiento del nuevo régimen de La Paz. Reconocimiento que, al parecer, realizarán en breve las dictaduras militares del Cono Sur americano y que será más lento en el centro y norte del continente, a la espera de que se clarifique ampliamente la situación del país vecino.
Por útimo, y en el plano internacional, hay que señalar los contactos bilaterales que españoles y americanos han realizado en Lima estos días. Entre ellos destaca un encuentro, Suárez-Herrera Campins, destinado a limar las asperezas que existen en estas relaciones.
Editorial en página 8
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