El Instituto Internacional de Madrid, en peligro
Un grupo de intelectuales denuncia su posible cierre en 1981
Un grupo de intelectuales españoles, encabezados por Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Rosa Chacel y Julián Marías, han redactado un escrito en el que muestran su preocupación por la situación de peligro de desaparición del Instituto Internacional, cuya sede de Miguel Angel, 8, un palacio considerado monumento nacional, puede ser vendido por la fundación propietaria, que actualmente se considera incapaz de seguir sosteniendo la labor del instituto.
«Ha llegado a nuestro conocimiento», dice el documento, «la crítica situación económica por la que atraviesa el Instituto Internacional de la calle de Miguel Angel, y, como consecuencia de ello, el peligro de que el edificio que lo alberga -pese a su condición de monumento de carácter histórico-artístico de carácter nacional- sea puesto en venta y pierda su sustantividad cultural. Aunque propiedad de una fundación norteamericana con sede en Boston, y a cuya junta directiva pertenecen intelectuales españolas, como Carmen de Zulueta y Soledad Salinas, el Instituto Internacional es, desde hace muchos años, un patrimonio de la cultura española, muy unido a la Institución Libre de Enseñanza y a las varias generaciones de intelectuales españoles liberales que le han sucedido».
Historia del instituto
Hace a continuación, el documento de los intelectuales, un repaso a la historia y otras actividades del instituto: «A su venida a Madrid, el IIGS encuentra un gran apoyo y se ve alentado por Francisco Giner y otros personajes de la Institución Libre de Enseñanza, que se sentían unidos por un mismo impulso de educación liberal y progresista. Posteriormente, la junta para ampliación de estudios y el IIGS llegaron a un acuerdo para una colaboración con fines educativos y culturales. Ello explica que durante años el Instituto Internacional albergase al instituto escuela en su nacimiento y más tarde a la residencia de señorita (españolas), bajo la dirección de la gran educadora María de Maeztu. Allí dieron conferencias españoles y extranjeros, músicos, científicos, historiadores y las grandes figuras de la literatura, como Juan Ramón Jiménez y Unamuno, Antonio Machado y García Lorca, y otros muchos que no eran literatos. Y cuando terminó la guerra civil y todos los centros culturales nacidos al calor de la Institución Libre fueron clausurados, el Instituto Internacional brindó sus aulas al colegio estudio, dirigido por Jimena Menéndez Pidal, colegio liberal creado con profesores procedentes del instituto escuela y guiados por el espíritu de la Institución Libre. Asimismo, acogió en su seno a otro grupo derivado del mismo ambiente: la Asociación Española de Mujeres Universitarias, que ha desarrollado -con grandes dificultades en la época del franquismo- una intensa actividad cultural. Allí se vienen desarrollando los importantes ciclos culturales de Politeia y allí se celebran cursos de cultura española para universidades americanas, en los que han intervenido figuras como Julián Marías, Manuel Tovar, Enrique Lafuente Ferrari, Alonso Zamora Vicente, Enrique Tierno Galván, entre otros muchos intelectuales y profesores españoles. Recordemos que en el Instituto Internacional se han celebrado actos de homenaje a las grandes figuras de nuestras letras, y ciclos consagrados a los más importantes aspectos de la cultura, la historia, la economía, la política y la sociología de nuestro país».Dentro de las referencias a las actividades del instituto, antes y durante el franquismo, hacen hincapié los intelectuales firmantes en su intervención en el mundo de la mujer. «Debemos recordar también», dicen, «su función como centro donde se ha defendido la dignidad de la mujer y la integración de ésta en la vida social y cultural española, lo que es un objetivo todavía vigente en su actitud y en el espíritu con que hasta ahora ha sabido mantenerlo la junta directiva. Lejos de pensar que su misión social ha sido ya cumplida, y dadas las peculiares condiciones en que se ha restaurado la democracia en España, el Instituto Internacional podría seguir ejerciendo, con la autoridad que le presta su ya larga tradición liberal, una función de apoyo a la cultura en libertad de la España democrática».
«Nos dolería mucho», concluyen el documento, «que un centro irradiador de la cultura española como ha sido y sigue siendo el Instituto Internacional, pasará a empresas ajenas al interés de nuestra cultura y del contacto humano entre estudiantes e intelectuales españoles y norteamericanos. Y nos atrevemos a pedir», terminan diciendo, «a la junta directiva de la fundación propietaria del instituto haga todo lo posible para que eso no pueda ocurrir y que reconsidere su decisión -que nos parece precipitada- de cerrar el instituto en 1981, teniendo en cuenta la importante significación social y cultural a que nos hemos referido antes».
Por último, los intelectuales hacen un llamamiento a las grandes fundaciones «de signo liberal» «para que lleguen a un acuerdo con la propietaria del instituto, a fin de que éste pueda seguir realizando su admirable labor», y a todas las personas interesadas de uno u otro modo en su supervivencia, para que se dirijan a su directiva en Madrid.
Firman el documento: Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Isabel García Lorca, Laura de los Ríos, Luis Rosales, Francisco Nieva, Rosa Chacel, Julián Marías, Rafael Lapesa, José Luis Aranguren, José A. Maravall, Pilar de Madariaga, Fernando Lázaro, José Hierro, Carlos Bousoño, Jesús Prados, Aurora de Albornoz, Pedro Laín, Carmen Conde, Juana Mordó, Claudio Rodríguez, José Luis Abellán, Carmen Bravo Villasante, José Luis Cano, Emilio Miró, Ricardo Dorriénech, Alonso Zamora Vicente y José A. Muñoz Rojas.
Babelia
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