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Un número ilimitado de tropas soviéticas abandona Afganistán

Los "siete" grandes de Occidente exigen la salida total

La cumbre de Venecia adoptó una declaración conjunta que calificó de «inaceptable la ocupación militar soviética en Afganistán» y confirmó la necesidad de «una retirada Completa de tropas soviéticas» de este país, a fin de facilitar un inicio de «solución negociada a la crisis afgana». Es la primera vez que se incluye una declaración política de talla en la historia de seis encuentros anuales entre los principales dirigentes de las siete primeras potencias económicas del bloque occidental: Estados Unidos, Canadá, Japón, República Federal de Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia.La cumbre de Venecia fue, en realidad, la primera con una «participación» casi directo, de la Unión Soviética, El encuentro en la histórica ciudad se esperaba que fuese más político que económico. Lo confirmó, desde el primer momento, el rumor esparcido durante la noche del sábado de que Moscú «había iniciado una retirada de tropas de Afganistán», lo que fue acogido con gran escepticismo entre las delegaciones políticas de la cumbre de Venecia.

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El secretario de Estado norteamericano, Edmund Muskie, dijo: «Hay que verlo para creerlo». Por parte francesa, cuya posición política respecto a Moscú juega un papel de primer plano después de la entrevista Breznev-Giscard, en Varsovia, se consideró necesario «esperar si se trata del inicio para una retirada total».

Un Afganistán soberano

En medios norteamericanos opinaron que «los rusos retirarán probablemente algunos centenares de tanques, ante la inutilidad para combatir la guerrilla con tales medios». Se calcula que hay unos 110.000 soldados soviéticos en Afganistán y unos 4.000 carros de combate.

Esta «guerra de comunicados» muestra, sin embargo, el deseo de Moscú de encontrar una «salida» al asunto afgano, que provocó la radicalización de EE UU ante la URSS, con un embargo comercial y el boicoteo parcial de los Juegos Olímpicos en Moscú. «Se trata de un empeño para encontrar una solución, a la crisis», comentó el doctor Zbigniew Brzezinski, consejero del presidente Carter en temas de seguridad. Todo depende del «volumen» de la retirada de tropas soviéticas y de la interpretación que den los occidentales a su opción expuesta en el comunicado de que «Afganistán debe recuperar su propia soberanía, la integridad territorial, la independencia política y su línea tradicional de país no alineado».

Siempre a nivel político, la cumbre de Venecia, cuyo objetivo prioritario era redefinir una estrategia ante la recesión económica occidental, desencadenada por el aumento constante del precio del petróleo y la inflación que genera, abordó también los capítulos relativos al terrorismo diplomático, con la toma de rehenes y la problemática de los refugiados en el mundo. Se evitó toda deliberación en torno a la posición en la paz en Oriente

Próximo sobre la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que divide a europeos y estadounidenses.

El presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, sé entrevistó durante dos horas, en un ambiente tenso, con el canciller Helmut Schmidt, cuyo programa de «paralización» temporal de instalación de nuevos misiles nucleares en Europa, a cambio de una renuncia soviética en el mismo sentido, levanta serias críticas entre los estrategas de Washington en materia defensiva. Schmidt se reunirá. con el presidente de la URSS, Leónidas Breznev, el próximo 30 de este mes, en Moscú.

Carter también trató a «solas» las diferencias franco-norteamericanas con el presidente Valéry Giscard d'Estaing. La solidaridad de París en el comunicado sobre Afganistán demuestra que Estados Unidos continúa ejerciendo, aunque con dificultades, su papel de polarizador en el grupo de democracias occidentales.

Más información en página 67

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