Carter expresa su confianza en que Alemania Occidental mantendrá su actitud sobre la instalación de misiles en Europa
El presidente norteamericano, Jimmy Carter, afirmó ayer en Venecia, en la cumbre de los países industrializados, que «no hay ninguna duda sobre el hecho de que la República Federal de Alemania y el canciller Hemult Schmidt se atendrán a la decisión de participar en la modernización de los armamentos estratégicos del teatro europeo», adoptada el pasado mes de diciembre. Carter realizó estas declaraciones después de entrevistarse en Venecia durante una hora y media con el canciller Schmidt, que permaneció junto al, presidente norteamericano mientras éste enunciaba sus afirmaciones. Ambos dirigentes, que aparecieron ante la Prensa sonrientes y distendidos, afirmaron que siempre habían sido buenos amigos y que lo continuarán siendo. Rechazaron realizar una conferencia de prensa, y manifestaron que la entrevista entre ellos había sido «muy buena».
Las tensiones creadas por la invasión soviética en Afganistán, el contrapunto de la República Federal de Alemania en materia de «euromisiles» y las diferencias a propósito de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) son los tres capítulos esenciales que, en materia política, tratan desde anoche en la ciudad italiana de Venecia los dirigentes de las siete primeras potencias del grupo de países occidentales industrializados.A pesar del carácter económico de la cumbre, los temas políticos centran actualmente la atención de todos los observadores. De las deliberaciones bilaterales en Venecia destacan la celebrada anoche entre el presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, y el canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Schmidt, junto con el «imano a mano» programado para hoy, domingo, entre Carter y el presidente francés, Valéry Giscard d'Estaing.
Estados Unidos debe afrontar una situación inédita, de tensión con sus tradicionales aliados, radicalizada, en parte, por los condicionantes electorales, tanto en Norteamérica como en la RFA y en Francia.
Valéry Giscard d'Estaing se desmarcó, desde el primer momento, de la posición definida por Estados Unidos como la réplica a la invasión soviética en Afganistán en diciembre de 1979. El punto culminante de las discrepancias entre París y Washington llegó cuando Giscard d'Estaing se reunió recientemente en Varsovia con el presidente de la URSS, Leónidas Breznev.
La fórmula fue la réplica, en cierto modo, a la operación decidida unilateralmente por Estados Unidos de llevar una «misión de rescate» en Irán, que fracasó el pasado 27 de abril sin lograr su objetivo de liberar a los 53 rehenes estadounidenses secuestrados en Teherán desde el 4 de noviembre de 1979.
Plan para garantizar la neutralidad de Afganistán
Un plan para garantizar la «neutralidad» de los afganos debería progresar en el futuro, fruto de la reunión Giscard-Breznev. Pero Carter, cogido en tina estrategia de «presiones» económicas y diplomáticas contra la URSS, con un embargo comercial y el boicoteo a las Olimpíadas no puede ceder fácilmente al diálogo impuesto por los tanques de Moscú. Menos aún en plana campaña electoral norteamericana, donde el principal adversario de Carter, el republicano Ronald Reagan, pide «mano dura» contra la URSS.
A las tradicionales tensiones franco-norteamericanas se añade ahora un elemento inesperado. El propósito del canciller federal, Schmidt, de «congelar» durante tres años el programa de modernización de la defensa nuclear de Europa occidental con la instalación de nuevos misiles, si en contrapartida la URSS elimina su programa, ya en marcha, de dotarse de nuevos misiles equipados con cabezas nucleares múltiples destinados al escenario bélico europeo. Schmidt, con elecciones el 5 de octubre, toma la iniciativa en una vía inexplorada y presentará a Breznev, el 30 de este mes, en Moscú, un deseo de «negociación nuclear», por encima del tradicional vínculo Moscú/ Washington en todo lo que afecta a armamento atómico entre el Este y el Oeste.
Las diferencias entre europeos y norteamericanos son también patentes en otro capítulo, con olor de petróleo. La posición de la OLP de los palestinos en el proceso de paz egipcio - israelí. Carter no puede aflojar si la OLP no acepta la existencia del Estado de Israel.
Los europeos quieren apoyar de alguna forma a la OLP de Yassir Arafat, con el fin de desbloquear su diálogo con el conjunto de países árabes y reducir las tensiones en una zona de la que proviene casi todo el petróleo que consume Europa.
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