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Marruecos niega que el apresamiento se haya producido en sus aguas

El Gobierno marroquí negó oficialmente que el secuestro del pesquero español Garmomar se haya producido en las aguas consideradas territoriales por Marruecos, frente a la ciudad de Dajla, ex Villa Cisneros, como pretende el Polisario.En un comunicado oficial publicado el martes por la noche se afirmaba que ningún incidente de ese tipo fue notado «en las aguas territoriales marroquíes». Añadía la nota que «los medios oficiales piensan que se trata de una operación imaginaria de alcance esencialmente psicológico, montada precisamente ahora que los polisarlos están a la que salta después de las derrotas sufridas».

En ciertos medios de la capital marroquí se ha puesto repetidamente en tela de juicio que operaciones como la que ahora se ha producido sean realmente consecuencia de una acción armada del Polisario, y sólo hace dos meses la Prensa marroquí informaba desde Canarias que creían que se estaba montando una operación parecida con la complicidad de algunos pesqueros canarios.

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Las mismas fuentes sugieren que, de ser cierta esta operación, el Polisario bien podría haberse hecho con el pesquero español fuera de las aguas marroquíes y haber llevado a los tripulantes, e incluso al mismo barco, a cualquiera de los puertos mauritanos de Nuadhibu o La Güera y de allí hacerlos seguir por tierra hasta Tinduf.

Esta respuesta marroquí era, en cierta medida, esperada, ya que difícilmente el Gobierno de Rabat podría admitir -ahora que sostiene que ha infringido algunas derrotas de tipo militar al Polisario- que las aguas del Sahara no son seguras.

En cualquier caso, aqu mismo resulta extraña la aparente indefensión de los pesqueros españoles durante su faenar, lo cual no parece ser el caso de otras flotas de pesca en la zona. Se cita incluso el caso de un pesquero soviético interceptado hace un año, más o menos, por la marina de guerra marroquí que pudo mostrar que iba equipado con un armamento defensivo, por lo menos, de la misma potencia de fuego que las lanchas marroquíes. En aquella ocasión, al parecer, los barcos patrulleros recibieron órdenes de desistir de su intento de registrar el barco «para no provocar un incidente diplomático».

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