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Green Peace niega su participación en el hundimiento de dos balleneros gallegos

Remy Parmentier, director en Francia de la organización ecologista Green Peace (Paz Verde), negó ayer en Madrid la participación, y, por tanto, responsabilidad de su organización, en el hundimiento de dos balleneros españoles el pasado mes de abril. Señaló también que el canadiense Paul Watson, a quien las informaciones publicadas señalaron como presunto autor del atentado, no es, como se "dijo, director de Green Peace, sino de la asociación norteamericana denominada Fondo para los Animales.

«Antes del hundimiento, por efecto de artefactos explosivos, de los buques Ibsa I e Ibsa II, de la flota de Massó, en Cangas de Morrazo, Paul Watsón abordó en el puerto portugués de Leixoes con su embarcación Sea Shepperd al ballenero pirata Sierra, que luego fue hundido por una carga explosiva en Lisboa», cuenta Remy Parmentier, y añade: «Tal vez Watson el el autor, pero desde luego no tiene nada que ver con Green Peace».El ecologista francés ha venido a Madrid para intentar hacer llegar al Gobierno cuatro puntos sobre el problema de la caza de ballenas. Poco antes de Semana Santa, según informa Parmentier, «nos entrevistamos con el director general de Pesca, al que encontramos abierto al diálogo, pero no pudimos hacerlo con el empresario señor Massó, por encontrarse en su oficina de Tokio».

Otros tres puntos, aparte el citado, que engloban el mensaje de Green Peace son los siguientes: anunciar la próxima llegada de su barco Rainbow Warrior, con el que pretenden realizar una campaña pacífica para concienciar a la opinión pública española del problema de la caza de ballenas en Galicia; dejar constancia de que «no porque dos buques hayan sido destrozados se debe esconder la realidad de la caza industrial de ballenas en España», y preguntar al Gobierno español «si está dispuesto a respaldar la moratoria de diez años que la ONU reclamó para detener la caza de ballenas u otras medidas en la próxima reunión de la Comisión Internacional Ballenera, que tendrá lugar en Inglaterra el 21 de julio».

El equilibrio del océano

Remy Parmentier explicó que Green Peace ha luchado durante varios años contra la caza de ballenas, interfiriéndose de forma pacífica entre los cetáceos y los balleneros en Japón, Islandia, Rusia, España y Australia. «El objetivo es proteger la vida marítima porque de ella depende la vida humana en gran parte. La producción de oxígeno se deriva del equilibrio del océano», dice Parmentier, que recuerda la I Conferencia Internacional sobre Medio Ambiente en Estocolmo, en 1972, «en la que participó España y aprobó la moratoria pedida por la ONU, y, sin embargo, en Galicia se continúa la caza sin ningún control».Señala el ecologista francés que España entró a formar parte, en julio de 1979, de la Comisión Internacional Ballenera a raíz de que Japón, «su principal comprador de carne de ballena, declarase que sólo compraría a países integrantes de esta comisión, al saltar el escándalo del buque pirata Sierra, pues se demostró con fotografías que Japón tenía en este buque una lente de abastecimiento, a pesar de que lo había negado durante años. Añade Remy: «Parece que España se haya integrado en la comisión internacional, más que para favorecer el medio ambiente, para proteger la industria ballenera».

Dentro de la comisión internacional, España obtuvo una cuota de permiso para cazar 143 ballenas comunes al año, «pero los únicos datos de pesca que se conocen los facilita la propia industria, por lo que son poco fiables», precisa Parmentier. Y anuncia que, en la reunión de la Comisión Internacional Ballenera será propuesta la prohibición de caza a aquellos países que no presenten datos suficientes de su actividad. «Otra propuesta, por parte de Holanda, Francia y Estados Unidos, aboga en favor de una moratoria total para la caza de ballenas», amplió el ecologista francés sobre el orden del día de la citada reunión, a celebrar en julio.

Reconversión del sector

Remy Parmentier, en la rueda de prensa mantenida ayer en el despacho del asesor jurídico de Green Peace en España, el abogado Jesús Mirapéix, aconsejó «la conveniencia de ir pensando en reconvertir el sector pesquero gallego dedicado a la caza de ballenas».«Lamentamos el hundimiento de los dos buques y nos alegramos de que no hubiese tripulación a bordo. También somos conscientes del problema económico y laboral de las familias que faenan en los cinco balleneros -ahora ya sólo quedan tres- de la flota gallega, con excepción de la familia Massó, la cual tiene otros recursos, en el caso de llegar a cesar en la caza de la ballena. Pero lo cierto es», apunta el ecologista francés, «que, a medio plazo, España sólo tendrá como cliente a Japón, el cual, además, sólo consumirá carne».

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